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Raúl Valdez “Nos estamos preparando para enfrentar una situación realmente crítica”

Foto: EBY

Tanto la cuenca hídrica tanto Paraná, como Paraguay están pasando por una situación de estrés hídrico importante y los pronósticos no son alentadores, dijo el presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos (Cafym) Raúl Valdez a Agropecuaria y Negocios. Actualmente hay muchos tramos con fondos de roca que son prácticamente infranqueables, lo que podría llevar a la suspensión de los servicios de transporte de cargas a través del tramo norte del río Paraguay. Sin embargo, Valdez hizo una aclaración “Todavía estamos navegando con calados razonables, aunque con pérdida de capacidad, ineficiencias y sobrecostos. Sin embargo, seguimos navegando, lo cual es destacable”, afirmó.

Valdez afirmó que la situación está complicada “Esto ya venimos advirtiendo desde inicio del año prácticamente y bueno, hoy se están cumpliendo los pronósticos de un nivel muy por debajo de lo que deberíamos tener para esta altura del año”, informó, aclarando que todavía no estamos entrando a la etapa de bajante natural del río.

“En la cuenca media del río Paraguay, que es la que más nos afecta, estamos observando que podríamos alcanzar niveles históricamente bajos, incluso superando lo registrado en 2021, cuando llegamos a -0,75 cm por debajo del nivel en la escala del puerto de Asunción. Hoy en día, ya estamos por debajo de -0,33 cm, lo que indica que, con el pronóstico de escasez de lluvia durante el resto del invierno, podríamos enfrentar niveles muy bajos durante el resto del año. Esto afectaría todo el río Paraguay, comenzando por la zona norte de Asunción donde ya enfrentamos serias dificultades para navegar”, comentó.

El presidente de Cafym explicó que actualmente hay muchos tramos con fondos de roca que son prácticamente infranqueables, lo que podría llevar a la suspensión de los servicios de transporte de cargas a través del tramo norte del río Paraguay. Esto afectaría principalmente a las exportaciones de productos bolivianos y brasileños, aunque también en menor medida a productos agrícolas paraguayos y otros tipos de mercancías, como el clínker y productos similares que se mueven en esa región.

Desde Asunción hacia el sur, la situación es diferente, considerando que en Villeta y San Antonio, se encuentra el gran conglomerado de puertos y manejamos el mayor volumen de cargas, tanto de importaciones como de exportaciones se han realizado  trabajos de dragado desde hace más de un año, en coordinación con el Centro de Armadores, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicacines (MOPC)  y la Asociación Nacional de Navegación y Puertos (ANNP); tareas que están mostrando efectos positivos.

“Estos trabajos están mitigando en gran medida el impacto de la bajante. En años anteriores, con el nivel actual de Asunción, hubiese sido imposible navegar, pero hoy todavía estamos navegando con calados razonables, aunque con pérdida de capacidad, ineficiencias y sobrecostos. Sin embargo, seguimos navegando, lo cual es destacable”, dijo Valdez.

Fuente: DMH

Proyecciones para los próximos meses.  

“De aquí hasta fin de año e incluso el inicio del 2025, se espera que el río Paraguay siga bajando, ya que las lluvias serán escasas, especialmente en invierno. Puede haber una leve recuperación en los meses de primavera, pero no será suficiente para revertir la situación. Nos estamos preparando para enfrentar una situación realmente crítica y probablemente récord”, dijo el presidente de Cafym

Si bien los armadores no esperan que los niveles sean tan bajos como para suspender todos los servicios, sí afectarán significativamente la capacidad. Es probable que haya cuantiosas demoras en la entrada y salida de productos, y también sobrecostos que se trasladarán a toda la cadena, afectando directamente la competitividad de nuestro país. Es importante que todos los sectores, no solo el sector fluvial, trabajen juntos para tomar las medidas necesarias y gestionar temas como el tiempo de importación de productos críticos, el almacenamiento de estos productos o insumos para las industrias, la importación de combustibles, y las exportaciones planificadas para los próximos meses. En la medida de lo posible, se debe considerar que podríamos enfrentar un cuello de botella en términos de capacidad logística para el transporte por la hidrovía, sugieren.

El costo del flete fluvial deberá ser analizado si seguimos perdiendo capacidad de carga.

“En este momento todavía es difícil cuantificar el impacto, ya que estamos navegando con una capacidad del 60 o 70%. Esto impacta en la estructura de costos, pero todavía está dentro del presupuesto, algo para lo que nos hemos venido preparando. De hecho, hubo récord de exportación en el primer semestre del año, incluso con una capacidad más limitada en términos de calado en comparación con años anteriores. Sin embargo, la situación será diferente a partir de agosto, cuando prevemos un impacto importante en todo el sistema. Probablemente, en algunos puntos al norte, el servicio se suspenderá totalmente, y en la zona sur, desde Asunción hacia el sur, podríamos ver una pérdida de capacidad de carga superior al 50%. Esto impactaría en el costo del flete y, a nivel país, seguramente tendría repercusiones, aunque todavía no están ocurriendo. Deberíamos observar cómo se comportan los costos en los próximos días y semanas”, expresó Raúl Valdez.

Asegura que esto no es una sorpresa para los armadores, ya que estaba pronosticado y por tanto, han tomado muchas medidas al respecto, por lo que gran parte de las problemáticas se han solucionado con los trabajos de dragado, que se dirigieron a los puntos más críticos según el sistema de información de Cafym. “Estos trabajos se ejecutaron correctamente”, aseguró.

Fuente: DMH

El rio Paraná

Por otra parte, no es menor la relevancia de mencionar la situación del Alto Paraná, en el tramo del río Paraná compartido con Argentina. Allí también se vive una situación de estrés hídrico por la escasez de caudales. A diferencia del río Paraguay, que sigue un ciclo natural muy marcado de crecientes y estiajes, el río Paraná está regulado por represas hidroeléctricas, principalmente Yacyretá e Itaipú, además de otras decenas de represas en el lado brasileño. Estas represas necesitan mantener un nivel mínimo en sus embalses para garantizar la producción de energía eléctrica. Si no hay afluentes que llenen las represas a medida que se produce electricidad, deben acumular agua en los lagos, lo que finalmente afecta los niveles aguas abajo, al sur de las represas. Dependemos totalmente del caudal que liberen, específicamente Yacyretá, en coordinación con Itaipú. Esto significa que hoy día estamos enfrentando problemas en esas zonas también.

Casi el 30% de la producción agrícola del Paraguay se exporta por estas vías, desde los puertos de Itapúa y Alto Paraná, por lo que definitivamente esto también afecta los sistemas de exportación. En respuesta, el gobierno ha declarado una ley de emergencia para ese tramo del río. Con esta ley, que fue aprobada en el Congreso, se pueden disponer de ciertos fondos de emergencia que pueden ser destinados al dragado y mantenimiento de esas vías. “Creemos que esto ayudará mucho al esfuerzo que ya está haciendo el sector privado en el mantenimiento de estas rutas. Aunque esto no garantiza un servicio fluido, colaborará cuando se observen niveles de agua razonables para la navegación, y creemos que podría mejorar considerablemente la condición de navegación en esa zona”, cerró Raúl Valdez.

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