Alrededor del 70% a 80% de las áreas sembradas de trigo están en buenas condiciones. Después de una zafra 2023 golpeada por la piricularia, este año los agricultores celebran un desarrollo sin enfermedades hasta el momento. Las heladas de la última semana no golpearon y “las lluvias de abril y mayo, aunque atrasaron algunas siembras, resultaron beneficiosas en general”, dijo a Agropecuaria y Negocios el Dr. Mohan Kohli, consultor internacional de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco).
La siembra de trigo muestra un panorama optimista gracias a la adaptación de variedades resistentes y la favorable evolución de las condiciones climáticas recientes. Los agricultores y expertos siguen trabajando para asegurar una cosecha exitosa.
El también líder del Programa Nacional de Investigación de Trigo de Paraguay afirmó que al inicio de la temporada, la preocupación era palpable entre los agricultores debido a la baja movilidad de las semillas y los problemas del año anterior. Sin embargo, a medida que avanzó el ciclo, los productores se animaron y comenzaron la siembra. Las lluvias de abril y mayo, aunque atrasaron algunas siembras, resultaron beneficiosas en general.
“Hay dos o tres épocas de siembra. En Misiones, sur de Itapuá, Alto Paraná y Canindeyú, las siembras de abril ya están espigando, y aunque hubo temor de daños por la reciente helada, afortunadamente no se observa mucho daño”, comenta Kohli.
Distribución y Estado del Cultivo: Sin enfermedades hasta ahora
El ingeniero indica que alrededor del 70%-80% del cultivo está en buenas condiciones, gracias a las lluvias de mayo y junio. Las plantas presentan un color verde robusto, y hasta ahora, no se han detectado enfermedades significativas. “El frío actual es favorable para el trigo, y espero que julio sea un buen mes”, añade.
Recordando que hay tres épocas de siempre el Dr. Kohli detalló “Hay siembras del mes de abril que están espigando en este momento y teníamos miedo de que fueran a estar afectadas por la helada de la semana pasada. Afortunadamente, no se ve tanto el daño. En general, hay otra pequeña siembra, que sería aproximadamente un 5-10% de la siembra temprana, y otro 5% de la siembra tardía, que va después de la cosecha de la soja zafriña. Éstas últimas están sufriendo realmente por la sequía en el norte, principalmente en Canindeyú. Realmente, las siembras tempranas también están sufriendo por la sequía.. Vimos muy pocas parcelas donde posiblemente faltará un poco de fertilizante nitrogenado, pero en general el color es muy verde, el cultivo está muy robusto y no hay ninguna enfermedad hasta ahora”
En cuanto a las áreas de cultivo, Kohli menciona que en Itapúa y Alto Paraná (Santa Rita, Iruña, Raúl Peña) hay una cantidad considerable de trigo. En Caaguazú, no hay una reducción significativa tampoco. Pero en contraste, en el norte, en Canindeyú, la superficie sembrada es menor, en este punto destaca el impacto de la sequía que afectó considerablemente a la agricultura, no solo al trigo.
En cuanto a las variedades en campo Kohli afirmó que la variedad Canindé 31, que ha mostrado una excelente tolerancia a la sequía y está siendo multiplicada para su disponibilidad futura. En el norte, los agricultores están utilizando variedades brasileñas, como TBIO SONIC Y TBIO AUDAZ, que se adaptan bien a la región debido a su desarrollo en el Paraná.
Sobre el costo de producción no ha variado mucho, aunque depende en gran medida del precio del fertilizante. “En el norte, debido a la sequía, muchos agricultores no pudieron realizar una segunda fertilización, lo que afectará de forma positiva reduciendo los costos, pero posiblemente de forma negativa, afectando el rendimiento”, explica el experto.
Trigo en el Chaco
En el Chaco, el trigo ha sido sembrado en los últimos cinco años con buenos resultados, especialmente bajo riego, donde los rendimientos superan los 3.000 kilos por hectárea. Sin embargo, en áreas sin riego, como Mariscal Estigarribia, donde también se ha apostado por este rubro se han seleccionado variedades que podrían resistir mejor, y aquí nuevamente menciona la Canindé 31, que es tolerante a la sequía.
Kohli prevé que las primeras cosechas en el norte podrían comenzar a principios de agosto debido al estrés hídrico que han sufrido los cultivos. Para septiembre, se espera tener datos más precisos sobre el rendimiento total.
“Mirando el estado actual de los cultivos en el sur, norte y región de Caaguazú, creo que tendremos una buena cosecha”, concluyó.