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Biotecnología en Paraguay: ¿Qué es y para qué sirve el gen HB4?

Fue en el año 2018 cuando el Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO) estaba ampliando su trabajo en nuestro país, desarrollando las primeras variedades de Sojapar e instalando su banco de germoplasma, cuando surgió la oportunidad de contactar con Bioceres, propietarios del gen HB4. Si bien el evento aún no estaba liberado comercialmente en Paraguay, INBIO completó los procesos para iniciar las primeras cruzas en condiciones de bioseguridad.

En el año 2019, la tecnología fue aprobada en Paraguay por la Comisión Nacional de Bioseguridad Agropecuaria y Forestal (CONBIO), lo que permitió a INBIO realizar evaluaciones en condiciones menos estrictas que las exigidas por el protocolo de bioseguridad. “Trabajar un poco más libre, digamos”, recordaba Estela Ojeda Gerente General del Instituto de Biotecnología en conversación con Agropecuaria y Negocios.

¿Qué es la tecnología HB4?

Cuando decimos HB4, hablamos de tolerancia al estrés hídrico; algunos utilizan el término “resistencia”, explicó Estela Ojeda. Acotó: “Uno escucha resistente y cree que ya es un inmortal y no es así; es una tecnología, es un evento transgénico que soporta más, pero no es inmortal”, insistió en aclarar.

Al describir la tecnología HB4, explicó que contiene un gen del girasol (HAHB4) que le otorga resistencia al estrés hídrico junto con un gen marcador, extraído de una bacteria (estreptomice), que le da tolerancia al glufosinato de amonio. “Ambos se juntaron y eso se introdujo en la soja y también hay para trigo”, comentó. “Es esta unión la que le da la capacidad de tolerar el estrés hídrico hasta cierto punto, porque si no hay agua, todo se muere”.

Ojeda detalló: “Tiene que ver con su proceso fotosintético. La planta con el gen HB4 tolera más las condiciones de estrés, entonces, cuando una planta que no tiene ese gen ya está siendo afectada por la deficiencia de agua, ella puede aguantar un poquitito más de tiempo, para que cuando vengan las lluvias, pueda continuar su ciclo. La planta con el gen HB4 retarda la senescencia, en cambio otras no. Nosotros hemos visto, cuando teníamos sequía, plantas chiquititas que ya tenían vainas, pero no crecieron porque tenían que sobrevivir y eso no da para producción”.

El proceso

Bioceres envía la semilla con el evento y en Paraguay deben cruzarse con los materiales disponibles, “materiales que tienen las características que creemos que nos van a servir”, dice Ojeda. Pero aclara que la genética tiene sus reglas: “No toda la descendencia tiene las mismas características; una parte tendrá el gen, otra no, y para distinguir cuál lo obtuvo se utiliza el marcador”, refiriéndose al gen de estreptomice. Aplicando el glifosato, caen las plantas que no obtuvieron el gen y las que sí lo heredaron sobreviven. Ya seguros de haber seleccionado las plantas con el gen HB4, se pasa ese material a la siguiente etapa. Esa es la función del marcador, que en el HB4 es el del glufosinato de amonio.

Si de todos modos se pierde, entonces… ¿de qué sirve el HB4?

Es un seguro de que el productor no va a perder todo. Si una semilla que no tiene el gen HB4 en situación de sequía pierde todo, la semilla con HB4 podría sobrevivir en un porcentaje. “Lo que te da como seguro es que vas a tener producción”, dijo la ingeniera. Aunque también aclaró inmediatamente que depende de todos los factores de producción. “No hay una receta; no porque tenga HB4 va a ser un súper material. El gen debe estar en un buen material, que se comporte bien, que tenga todas las características de una buena variedad”. Ahí es donde se destaca la importancia del trabajo de los desarrolladores de tecnología, explica la ingeniera Ojeda.

¿Qué es lo que hace el gen HB4?

Interviene en los procesos fisiológicos de la planta. Cuando las plantas están estresadas empiezan a generar procesos como el etileno, que acelera la maduración o el proceso de senescencia. El gen HB4 desacelera este proceso para darle más tiempo a la planta de recuperarse y continuar su desarrollo cuando tenga acceso a algo de agua.

Estela Ojeda nos pide recordar que las plantas, primero, son seres vivos y explica la tecnología de la siguiente manera:

“¿Cuál es el objetivo de todos los seres vivos? Es perpetuar la especie. Entonces, cuando la planta siente un estrés, alerta que podría ver imposibilitada su reproducción, tiene que desprenderse de todo lo que consume energía extra, y se activan las fitohormonas para la producción de semillas. A la planta no le importa producir muchos granos para alimentarnos; a la planta le importa producir al menos una semilla viable que perpetúe su especie, que le permita dejar descendencia. Es entonces cuando se ve el aborto de flores y vainas, porque se concentra en reproducirse y no en producir.

“Es una planta; tiene frío, tiene calor, tiene hambre”, dijo Estela, y pide a todos los que trabajan en agricultura recordar que debido a esto deben estar atentos a sus necesidades y darle todo para que la planta esté bien, facilitarle las condiciones para que sea productiva.

Hasta aquí la planta. Pero, ¿y el interés del productor?

Aclarando el porqué de su trabajo, la ingeniera Estela Ojeda explica que la tolerancia al estrés sin rendimiento tampoco va a interesar al productor. “Podemos darle una planta que tolere el estrés hídrico, pero si no tiene rendimiento, si no es productiva, a él no le va a interesar tampoco. Entonces, nuestro trabajo es buscar líneas que tengan buen rendimiento; en eso estamos con INBIO, es lo que estamos haciendo, esa búsqueda”, expresó.

Actualmente, el Instituto de Biotecnología está realizando ensayos en diferentes localidades. Los resultados han sido variados; de cinco ensayos, se obtuvieron materiales de solo 2.000 kilos por hectárea y en otros se llegó a más de 4.000 y 5.000 kilos por hectárea. “Depende de la zona, pero justamente estos resultados nos van a permitir elegir para la siguiente prueba, el siguiente ensayo, y verificar de nuevo los resultados”, dijo.

Para obtener una semilla mejorada se trabaja por años. En una primera etapa, los materiales obtenidos del cultivo (la semilla) son llamados “segregantes”; en la siguiente etapa, “preliminares”; y en el siguiente, ensayos de valor agronómico y calidad (VCU).

INBIO está trabajando todos los años con nuevas cruzas, y es de esta forma que el programa de mejoramiento se va ampliando. “Nosotros lo que tenemos que tener es cantidad para poder seleccionar”, dijo Estela. El equipo espera tener registro de las primeras variedades en los próximos dos años.

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