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Celebrando a la Mujer Paraguaya, conocemos a Estela Ojeda: “La arquitecta de semillas”

“El hombre propone y Dios dispone” decía Estela Ojeda recordando con una amplia sonrisa sus inicios como ingeniera agrónoma.  Porque lo cierto es, que no sólo no fue su primera opción cuando organizó su vida universitaria, sino que ella estaba totalmente segura de lo que quería para su futuro: ser arquitecta.

La joven María Estela Ojeda Gamarra quería ser arquitecta, “me preparé muchísimo, estudié y estudié y estudié y no ingresé y me frustré y me dio tanto enojo” recordaba ella al empezar el relato de su historia para Agropecuaria y negocios. Tras su rebote en el examen de ingreso en la Universidad Nacional de Asunción (UNA) se tomó un año sabático sin prepararse  para otra cosa, “estudié dibujo arquitectónico”, recordó. Agronomía no estaba en su radar.

Fue entonces cuando la vida, o Dios, como hizo referencia al inicio de la nota, la cruzó con el campo en plena ciudad. El hombre que la inspiró, cuyo nombre no dio, conoció a su familia porque un hermano mayor de Estela lo apoyó desde su rol docente, Estela recordó que éste hombre que la conectó con su vida profesional actual, trabajaba como limpiador para pagar sus estudios de ingeniero agrónomo. Fue él quien le sugirió presentarse al examen de ingreso de Agronomía. 

Algo la impulsó a hacerlo. Se preparó, se presentó… y no sólo ingresó, sino que ingresó con el mejor puntaje en su promoción.

“La Semilla Primero” es hoy el eslogan que la identifica.

Ya egresada, en su primer empleo que fue en el sector privado, María Estela conoció a lo que la llevaría a destacar como profesional, la que hoy es su especialidad: las semillas. “Cuando ingresé estaban trabajando en semillas y mejoramiento de soja y de trigo”, recordó.

La vida la fue guiando por diferentes caminos, instituciones, el sector público, luego privado de nuevo, pero se mantenía siempre cerca de las semillas, fue así que acumulando experiencias y formación académica, se fue especializando.

Fue la familia, la escolaridad de su hijo lo que la llevó a instalarse en Asunción y tomar la decisión de sumarse a una institución pública. “Cuando mi hijo tenía 5 años vinimos para Asunción  y yo entré a trabajar en la Dirección de Semillas en donde estuve 14 años”, dijo, recordando lo que fue la entidad dependiente del Ministerio de Agricultura y Ganadería en ese entonces.

Es aquí donde Estela (así la reconocemos en el sector por lo que la llamaremos así en adelante) recuerda con añoranza todo el trabajo realizado para la creación de lo que hoy es Senave.  “Tuve mucha participación en el proceso (…) peleé mucho por semillas” dijo entre orgullosa y melancólica.

La Ingeniera María Estela Ojeda recuerda con cariño a sus aliados por la normalización del sector semillas y lo duro que fue el proceso. “Fue una etapa bastante difícil, difícil también fue hacer entender la importancia que tiene la semilla en lo relacionado a mejoramiento para nuestro país”.

Considerando su amplia trayectoria, le consultamos cuál fue el desafío más difícil de superar y aseguró que “lo más difícil ha sido trabajar y mantener la familia (…) procuré siempre, no quería que mi condición de mujer y madre sean un obstáculo, no quería que se viera como un obstáculo para mi trabajo (…) me tenía que esforzar el doble”, dijo, recordando los malabares de ser madre y profesional, pero ésta vez con un tono de orgullo.

Y de a poco lo fue logrando, Estela cita entre los que considera sus mayores logros el inicio del proceso de implementación de la ley de semillas, la implementación de la protección de cultivares, la coordinación de la Comisión de Bioseguridad, la apetura a la posibilidad de que puedan hacerse evaluaciones de variedades e híbridos por terceros, lo que definió como “un hito que atrajo inversiones en el sector”. También recordó la implementación de las normas ISO en el sector semillero.

Un poco melancólica pero claramente orgullosa, Estela decía “todo eso ha sido mi trabajo, la reglamentación de la ley de semillas, estuve trabajando en el decreto 7.797 que se aprobó en el 2000, recién se aprobó 6 años después de que se aprobó la ley, yo estuve trabajando en eso”.

Participar en el proceso de creación de Parpov, el gremio de obtentores vegetales del Paraguay es otro de los motivos de orgullo de Estela, gerenció al mismo tiempo la Aprosemp (Asociación de Productores de Semillas del Paraguay) y Parpov (Asociación Paraguaya de Obtentores Vegetales) entre los años 2006 y 2010.

La historia en INBIO, su actual casa.

El INBIO es el sueño hecho realidad de Estela, comenta que deseó formar parte desde sus inicios, en un momento, pensó que no sería posible, pero finalmente fue convocada para sumarse al equipo que hoy en día lidera y representa llevando en alto la biotecnología paraguaya.

Recordó que en principio, los trabajos de INBIO se realizaron en instalaciones de Cetapar, pero fue tan rápido el crecimiento que pronto requirieron un espacio propio y hoy está en pleno desarrollo el proyecto de Inbiotec, el parque tecnológico de la entidad que Estela gerencia, su pleno funcionamiento y el destaque de la tecnología desarrollada allí, es su meta profesional más próxima.

El sueño que queda por cumplir…

Estela sueña con que Paraguay destaque con sus avances tecnológicos agrícolas. Asegura que el tamaño geográfico de nuestro país no nos limita. “Mi sueño como paraguaya es que nuestro país brille en éste sector” expresó. Y como mujer, como madre, ver a sus hijos realizados.

Desde Agropecuaria y Negocios agradecemos a la Ingeniera Estela Ojeda por compartir su historia y le deseamos, un muy feliz día de la mujer paraguaya.

“Cuando uno hace bien las cosas y va alcanzando resultados, es satisfactorio”,  dijo. “A veces creo que más por ser mujer a veces se tiene más temor de que uno no dé todo”.

“Tal vez muchos no saben, pero yo sé lo que hice y logré” dijo Estela al mencionar que se siente orgullosa de todos sus avances en las diferentes instituciones por las que pasó: el Ministerio de Agricultura y Ganadería, Senave, Aprosemp, Parpov e Inbio.

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