La Administración Biden pidió a la Unión Europea posponer la adopción de una legislación que pretende frenar la importación de productos que no prueben fehacientemente un origen distinto de aquellas áreas donde se ha eliminado el bosque o regiones sospechadas de tal situación. El gobierno de Estados Unidos argumenta que la norma va a perjudicar a los productores del país, desde ganaderos hasta quienes están vinculados con la forestación, así lo informó Financial Times.
Estados Unidos es el mayor productor del mundo en una amplia gama de productos agrícolas, como soja, maíz o carne bovina y aviar, y ocupa el tercer lugar en carne porcina y algodón.
Gina Raimondo y Thomas Vilsack, secretarios de Comercio y Agricultura de Estados Unidos, respectivamente, y la representante comercial del país, Katherine Tai, advirtieron que la ley de deforestación plantea “desafíos críticos” para los productores estadounidenses. “Instamos a la Comisión Europea a posponer la implementación de este reglamento y la posterior aplicación de sanciones hasta que se hayan abordado estos desafíos sustanciales”, reclamaron los tres funcionarios.
La publicación del Financial Times indica que los sectores más afectados por la regulación en Estados Unidos, el segundo mayor socio importador de la Unión Europea, son las industrias de la madera, el papel y la celulosa. También los textiles. Estados Unidos suministra el 85% de la celulosa utilizada a nivel mundial. El enojo es tal que los comerciantes de madera estadounidenses han dicho que están considerando recortar los contratos de exportación al Viejo Continente, porque no pueden demostrar que el material no proviene de tierras deforestadas.
Al respecto, la Asociación Estadounidense de Madera y Papel indicó que “es imposible cumplir el requisito porque el papel y la pulpa se fabrican a partir de desechos de aserraderos y desechos forestales mezclados de diferentes fuentes. No hay forma de rastrear cada astilla de madera hasta la parcela forestal original”.
Infobae por su parte en un reporte escrito por Claudio Giani replicó que medió una carta salida de las entrañas del Capitolio. “Las regulaciones de la UE imponen requisitos inviables que restringirían innecesariamente el comercio de productos de países de bajo riesgo que han gestionado responsablemente las cadenas de suministro, como Estados Unidos”, se quejan los legisladores con términos que perfectamente le caben a la Argentina. Se llega al ridículo de exigirle algo como lo indicado a la carne vacuna salida de nuestras pampas, donde jamás ha habido bosques de origen natural.
Otros países del mundo que también han solicitado la revisión de la reglamentación son Indonesia y Malasia, importantes productores de aceite de palma, ambos han pedido la postergación de la norma. Desde el Mercosur, habían planteado objeciones con anterioridad pero Argentina ha dado señales de aceptar la aplicación con el anuncio del establecimiento de una plataforma de trazabilidad bautizada como VISEC además ya han destacado el envío de una primera carga de soja libre de deforestación y hasta celebraron una cena de presentación de carne libre de deforestación realizada en la embajada argentina en Bruselas.