Piscicultura: Una apuesta posible y estratégica para el Chaco

La piscicultura se posiciona como una alternativa productiva viable y sostenible para el Chaco paraguayo, gracias a los avances tecnológicos y a su capacidad para integrarse con otros rubros agropecuarios. A pesar de los desafíos hídricos de la región, el uso de tecnología permite desarrollar con éxito esta actividad, que no solo diversifica la producción, sino que también agrega valor al territorio y promueve la seguridad alimentaria local.

Durante su participación en el espacio “La Plaza Productiva” de la Expo Pioneros, la doctora Susana Barúa brindó una exposición clave sobre el potencial de la piscicultura en el Chaco paraguayo, destacando su viabilidad técnica, sus beneficios y su papel dentro de una estrategia de integración productiva rural.

Aunque el Chaco presenta desafíos en cuanto a disponibilidad de agua, Barúa subrayó que la piscicultura es factible en esta región gracias a tecnologías como la geomembrana, los aireadores y sistemas de recirculación. “Antes no teníamos acceso a estas tecnologías, hoy ya tenemos alimentos balanceados, centros de producción de alevines y distribución también en el Chaco”, señaló.

Para la instalación de estanques, Barúa mencionó tres factores fundamentales en la Región Oriental: disponibilidad de agua, terreno arcilloso y una topografía con leve pendiente (aproximadamente 5%). “Con estos elementos, y manejando bien la parte técnica, la piscicultura es posible en cualquier terreno”, afirmó.

Pero en el caso del Chaco, en donde se desarrollaba la actividad, también habló de lo necesario e insistió en que sí es posible integrar el rubro. En el caso de producir en estanques, recomendó que sean más profundos, de 3 a 4 metros, para compensar la evaporación durante la sequía y mantener la temperatura adecuada del agua.

Pero no necesariamente debe ser ese tipo de estanques, sino que en el Chaco, explicó la experta, los montajes por sobre la superficie  como el caso de los estanques de geomembrana, que este año, la Expo Pioneros instaló en la Plaza Productiva para no solo hablar, sino demostrar cómo es posible la producción piscícola en la Región Oriental y todo lo que se puede hacer, incluyendo el procesamiento como la faena.

Uno de los aspectos centrales del manejo técnico  que se debatió en la charla es la calidad del agua: regular el pH mediante encalado, controlar el nivel de oxígeno y monitorear el comportamiento de los peces. “No vemos al pez, pero vemos el agua”, subrayó Barúa, recalcando que el control permanente es esencial para evitar mortandades.

Piscicultura en el Chaco: optimizar recursos y generar valor agregado

Según la Dra. Susana Barúa, más allá del rendimiento individual, la piscicultura representa una gran oportunidad para integrar diferentes rubros. “Un estanque puede coexistir con una huerta, con producción avícola o porcina, y de ese modo se optimizan los recursos y se genera valor agregado”, afirmó Baría. El agua del estanque, rica en nutrientes, puede usarse como fertilizante natural para cultivos, promoviendo la sostenibilidad.

Además, alentó a los productores a crear sus propios mercados: “Aquí en el Chaco, por ejemplo, podemos desarrollar el modelo de pesque y pague, ofrecer alimentos derivados del pescado o incluso promover actividades de recreación”. Estas acciones permiten dar valor territorial al producto, evitando depender exclusivamente de acopiadores, explicó la profesional.

La experta también hizo hincapié en la importancia de la capacitación y el acompañamiento técnico. “Hay que trabajar con técnicos con experiencia de campo, pero también aprender de los productores que están todos los días en la producción”, sostuvo.

Detalló aspectos clave como el diseño adecuado del estanque, el tipo de filtro en los sistemas de entrada y salida de agua, la prevención de depredadores y la necesidad de podar árboles como el algarrobo, cuyas hojas y frutos pueden alterar la calidad del agua. Barúa reiteró en varias ocasiones que la tecnología disponible en nuestro país, hace posible la piscicultura en cualquier parte del Chaco.

Barúa alentó a los asistentes a pensar en un modelo productivo adaptado al Chaco, que sea viable, rentable y sostenible, y que permita no solo producir alimentos, sino también garantizar la trazabilidad y la seguridad alimentaria para los propios productores y sus comunidades.

“No se trata solo de criar peces: se trata de producir con conocimiento, aprovechar lo que tenemos, integrar sistemas y construir un modelo de desarrollo para el Chaco desde el territorio”, concluyó.