El crecimiento que revela para la ganadería el informe de Cuentas Nacionales Trimestrales no refleja necesariamente una buena situación para el productor ganadero, afirmó Manuel Ferreira a A&N. Lamentando una disminución del hato ganadero explicada por un nivel de faena presionado por la sequía y la necesidad de cubrir deudas que ya alcanzan los USD 1.700 millones, afirmó que “las unidades ganaderas se están volviendo mucho menos sostenibles de lo que eran anteriormente” y explicó el por qué.
“Paraguay viene creciendo en Producto Interno Bruto de manera sostenida. Esto es algo que venimos observando desde hace un tiempo, pero hay que entender bien cómo se realiza la medición del PIB. En general, son mediciones que tienen su origen en el crecimiento de alguna variable de cantidad”, explicó el economista Manuel Ferreira a A&N, aclarando así cómo el reporte del primer semestre de este año revela un crecimiento de más del 5% para el sector de la ganadería que se ubica junto con forestal, pesca y minería gracias a una mayor faena.
La faena presionada por la sequía y las deudas del ganadero.
En el caso de la ganadería, el crecimiento en el PIB en este reporte se ha visto impulsado por un aumento en la cantidad de animales faenados. Este incremento responde a dos factores: los problemas climáticos y la necesidad de los ganaderos de hacer frente a compromisos financieros, comentó.
“Muchos campos del Chaco y de la zona norte de la región oriental también tuvieron problemas de sequía y se vieron obligados a descargar el ganado. Esto fue lo que presionó el incremento de la faena. En cuanto al segundo factor, que es el precio, cuando observamos la situación del sector, vemos que en general el ganadero está vendiendo más de lo recomendable porque tiene que hacer frente a una serie de compromisos. Esos compromisos son principalmente de carácter financiero”, explicó Ferreira.
Deuda del sector ganadero alcanza los USD 1.700 millones.
Con relación al factor financiero, comentó que, por un lado, está la deuda del sector, que es importante y ronda los USD 1.700 millones en todo el sistema; y, por otro lado, está la suba de costos, ya que la inflación no pasó desapercibida en el sector. “Entonces, un ganadero que anteriormente necesitaba vender para cubrir sus costos, por ejemplo, si antes debía colocar mil novillos, hoy está teniendo que vender 1.200 debido a que el precio es más bajo”, dijo
Todo esto está generando un impacto negativo en el rubro: la reducción del hato ganadero, una situación que el consultor considera preocupante ya que se ha venido observando de manera sostenida. “Estos números de la ganadería no necesariamente reflejan una mejor situación para el productor ganadero”, concluyó respecto.
Sistemáticamente se ha alejado el precio de venta de exportación, del precio del ganado.
A esto se suma otra dificultad para los ganaderos, la concentración de mercado, sobre este tema Ferreira expresó: “Esta es una situación bastante conocida hoy en día. Incluso fue discutida a nivel de la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom). Lo que tenemos hoy es una concentración en el mercado faenador, donde dos frigoríficos manejan prácticamente el 70% de la faena en Paraguay y, obviamente, estos dos frigoríficos son capaces de fijar precios de compra, ya que son importantes compradores, mientras que en el sector ganadero hay una gran dispersión en términos de la cantidad de productores que ofrecen en este mercado. Esto ha hecho que sistemáticamente se haya alejado el precio de venta de exportación del precio del ganado que se va pagando. Entonces, la brecha de margen que generan los frigoríficos ha sido bastante mayor”, detalló sobre la situación de la cadena cárnica.
Según Manuel Ferreira, esta situación termina generando una mayor faena y, consecuentemente, la disminución del hato ganadero, ya que las unidades ganaderas se vuelven mucho menos sostenibles de lo que eran anteriormente.
“Hemos perdido por encima del millón de cabezas en los últimos diez años. Antes, se trataba de una actividad que venía creciendo, donde se obtenía inversión internacional y local de otros sectores. Hoy en Paraguay se ve que esa inversión se ha frenado y, en lugar de ingresar al sector, se observa más bien que gente está saliendo de él. El que puede convertir su campo a otro tipo de producción, como la agrícola o la forestal, está tratando de hacerlo. Esto obviamente se refleja en ciertos aspectos que son muy impactantes: por ejemplo, en Paraguay ha bajado el precio de los campos en los últimos diez años, y esto es una variable que demuestra esta importante reducción”, concluyó.