Los productores pecuarios sufren los bajos precios impuestos por los frigoríficos y esta situación ya afecta al hato ganadero generando también un impacto social negativo porque repercute en la reducción de puestos de trabajo en el sector, alertaron desde la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (APPEC) y el Consorcio de Ganaderos de Experimentación Agropecuaria (CEA).
APPEC y CEA recuerdan que el trabajo del productor no solo se limita a producir carne, sino que tiene un impacto relevante en la generación de alimentos, la creación de empleos y el fomento de la economía. En Paraguay, más de 300.000 personas, entre ellas 70.000 contratistas, dependen de la actividad ganadera, la cual está en crisis por la falta de transparencia en la cadena de valor y la alta concentración del mercado en el sector frigorífico.
“La fijación de precios por parte de las industrias, que en todo momento han rentabilizado sus operaciones, ha obligado al productor a vender por debajo de sus costos”, expresó Ramiro Maluff, presidente de APPEC. En la última semana, después de una mejora sostenida en los precios, impulsada por la creciente demanda mundial de carne vacuna, los frigoríficos tomaron la decisión inesperada de suspender las compras. Pocos días después, comenzaron a ofrecer precios inferiores a los de la semana anterior. “Pasaron de 3,70 dólares a 3,20 dólares por kilogramo al gancho, que implica una reducción del 15 %”, explicó el directivo.
Al 10 de diciembre según la Comisión de la Carne de la Asociación Rural del Paraguay, el precio promedio del novillo en el mercado local se ubicó en 3.40 dólares por kilo al gancho.
Bajos precios generaron una enorme carga financiera.
Asimismo, los bajos precios, junto con la carga de la deuda financiera, provocaron una reducción significativa del hato ganadero y temor a seguir invirtiendo. Países como Uruguay y Argentina han logrado posicionar sus carnes en el mercado internacional, convirtiéndose en un pilar clave para sus economías rurales, gracias a los Institutos de la Carne, como el INAC de Uruguay y el IPCVA de Argentina.
En Paraguay, los gremios del sector pecuario han buscado, durante años, crear una institución similar que, en conjunto con las industrias y sectores gubernamentales especializados, impulse la transparencia y clarifique el camino hacia nuevos mercados.“A pesar de los esfuerzos, hemos enfrentado una constante oposición para formar una entidad que fomente la confianza entre los actores involucrados. Esta confianza es esencial para el desarrollo de una ganadería de alta calidad, capaz de competir a nivel internacional y poner a la ganadería paraguaya en el lugar que merece”, señaló Maluff.
Fernando Talavera, miembro de la Comisión Directiva de la APPEC, aseguró que la situación actual está provocando desconfianza, inestabilidad e inseguridad en los productores, lo que, en última instancia, afecta negativamente la operación.
Para el sector ganadero, los últimos años han sido un desafío por los cambios climáticos. Sin embargo, los productores están plenamente preparados y acostumbrados para enfrentar estas dificultades, que suelen ser cíclicas en contrapartida la variabilidad de precios hace que el negocio pierda previsibilidad y que afecta el negocio ganadero, expresó el Ing. Diego Heisecke, presidente del CEA.
En la actualidad, los productores ganaderos reunidos en APPEC y CEA abogan por la transparencia y enfatizan en la importancia de establecer una mesa de diálogo entre todas las partes involucradas: las industrias y los productores. “Solo mediante un esfuerzo conjunto será posible alcanzar un desarrollo sostenible para la ganadería paraguaya, lo cual contribuirá a fortalecer el sector y atraer nuevas inversiones”, alertaron.