En Paraguay, el sistema cooperativo se consolida como una fuerza clave para el desarrollo económico, la cohesión social y el arraigo territorial. Así lo asegura Alfred Fast, presidente de la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod), al destacar el papel de sus 34 cooperativas que hoy agrupan a 190.000 socios, de los cuales unos 40.000 son productores agropecuarios y aproximadamente 12.000 ganaderos. En el Día Internacional del Cooperativismo que se celebra el 5 de julio, Fast le pide al Estado paraguayo: Seguridad jurídica, respeto a la propiedad privada e inversión en infraestructura como caminos y energía. También dejó un mensaje a los cooperativistas.
Con presencia en todo el país, especialmente en la región Oriental, las cooperativas que integran Fecoprod representan una diversidad cultural notable. “Tenemos japoneses, ucranianos, brasiguayos, alemanes, menonitas… realmente todas las culturas que vinieron al Paraguay están representadas”, señaló Fast.
Más allá de su diversidad, lo que une a estas cooperativas es su contribución concreta al desarrollo del país. Fast resaltó que fueron determinantes en la adopción de tecnologías clave como la siembra directa, que permitió reducir hasta en un 95% la erosión hídrica en zonas agrícolas. “Antes perdíamos hasta 20 toneladas de tierra fértil por hectárea y por año. Hoy somos líderes en siembra directa gracias también a la influencia de las cooperativas”, afirmó.
La magnitud del impacto cooperativo se refleja en cifras: el 18% del sistema financiero nacional está hoy en manos de cooperativas, incluyendo tanto las de producción como las de ahorro y crédito. Además, muchas han dado el salto a la industrialización, lo que permite agregar valor en origen y generar empleo en zonas rurales.
En este sentido, Fast destacó casos ejemplares como el frigorífico de Upisa en Neuland, que faena 2.000 cerdos por día y emplea a 1.100 personas, o la experiencia de Coprolanda, referente en la producción láctea, que genera trabajo y dinamiza la economía local. “Ahí uno ve cómo una cooperativa puede transformarse en el pulmón económico de un distrito”, dijo.
Fast también puntualizó el aporte para las comunidades rurales en su desarrollo social, además de todo lo económico: “Hay más arraigo en los lugares donde hay una cooperativa”.
La relación cooperativista es de lealtad mutua
El dirigente cooperativo también remarcó que ser socio de una cooperativa implica una relación de confianza y compromiso. “No siempre la cooperativa paga el mejor precio inmediato, pero a largo plazo ofrece más beneficios. Es una relación de lealtad mutua que permite que el sistema crezca de manera sostenida, a tasas de hasta 10% anual en muchas regiones”, explicó.
Respecto al rol del Estado, Fast fue claro: “Lo que pedimos es seguridad jurídica, respeto a la propiedad privada y que se nos deje trabajar. El Estado debe ser un facilitador, no un obstáculo. Invertir en infraestructura como caminos y energía es clave para potenciar aún más nuestro impacto”.
Entre los desafíos, Fast señaló la necesidad de integrar a más jóvenes a las cadenas productivas mediante la diversificación, la intensificación y la incorporación de servicios. Citó ejemplos de producción frutícola o de integración porcina como oportunidades para generar ingresos sostenibles en superficies pequeñas.
En el marco de la celebración del Día Internacional del Cooperativismo, Fast envió un mensaje a los cooperativistas del país: “A todos los que se levantan cada día, haga frío o calor, para trabajar por nuestro país, les deseo un excelente año. Sigamos apostando al cooperativismo, que ha hecho de Paraguay un líder mundial en producción de alimentos y, sobre todo, ha generado arraigo y oportunidades donde antes no las había”.
El Día Internacional de las Cooperativas se celebra el primer sábado de julio desde 1995, la misma fue establecida oficialmente en 1992 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. “Las cooperativas promueven soluciones inclusivas y sostenibles para un mundo mejor “. El evento coincide con la celebración del Año Internacional de las Cooperativas de las Naciones Unidas, que se celebra cada diez años y sirve para destacar el papel fundamental de las cooperativas en la creación de sociedades más justas y resilientes.