Recuperación de suelos e integración agropecuaria.

Si bien la recuperación de suelos pobres es un proceso complejo y costoso, es indispensable para garantizar la sostenibilidad y la rentabilidad de la producción agropecuaria. En su participación en la Feria Agropecuaria de San Pedro, Dirceu Luiz Broch, experto en agricultura y ganadería de Mato Grosso do Sul, destacó esto abordando diversos aspectos técnicos de la producción agropecuaria, en zonas climáticas como las de Santa Rosa del Aguaray.

En su disertación, subrayó que las decisiones en el campo deben basarse en datos promedios de años anteriores, ya que, según su experiencia de más de 21 años en la región, las condiciones climáticas nunca se repiten de manera consecutiva. Broch resaltó que Mato Grosso do Sul se encuentra en una zona de transición climática, lo que hace necesario un enfoque flexible y adaptado a la variabilidad, una situación climática muy semejante a la del departamento de San Pedro y específicamente Santa Rosa del Aguaray donde empezó a colaborar con algunos proyectos.

Broch explicó que la recuperación de suelos pobres, especialmente en áreas con baja fertilidad, se divide en tres etapas cruciales. La primera consiste en identificar el problema, que puede ser de naturaleza química, física o biológica. Para ello, se deben analizar factores como el nivel de acidez, la textura del suelo, la altitud y la distribución pluviométrica, ya que estos factores influyen directamente en la productividad agrícola.

En la segunda etapa, es fundamental fijar los objetivos de producción. Dependiendo de si se desea obtener una media, buena o alta productividad, se definen las metas, ya sea en cultivos como soja y maíz zafriña o en la producción pecuaria. Broch hizo hincapié en que el tipo de actividad y el enfoque adecuado en cada caso son determinantes para el éxito del proyecto agrícola o ganadero.

La tercera etapa es la toma de decisiones, en la que se evalúan los recursos necesarios para llevar a cabo la recuperación del suelo. Esto incluye la elección de maquinarias, la gestión de recursos financieros (si es necesario recurrir a préstamos), la contratación de personal y la planificación de las operaciones. Broch advirtió que hay productores que heredan suelos pobres y, sin aplicar las correcciones necesarias, terminan transmitiendo a las futuras generaciones suelos aún más deteriorados.

Recuperación de suelos: costoso pero esencial.

En su exposición, Broch describió las características de los suelos pobres, especialmente los arenosos y de origen ácido, que son más susceptibles a la erosión y pueden presentar problemas como la presencia de nemátodos y chinches marrones. Insistió en que estos suelos, especialmente en zonas de inestabilidad climática, requieren una atención cuidadosa y una corrección bien planificada y recordó a los productores que para lograr una alta productividad en cultivos como soja y maíz, es necesario pasar de una baja fertilidad a una fertilidad media o alta, lo cual implica una fase de construcción de la fertilidad del suelo, que es costosa pero esencial.

Uno de los procesos clave es el análisis del perfil del suelo, que incluye la identificación de la concentración de calcio y aluminio en capas de 20 a 40 centímetros. Broch explicó que, al aumentar el calcio y disminuir el aluminio, se favorece el crecimiento radicular, la absorción de agua y nutrientes, y la tolerancia a la sequía. Sin embargo, advirtió sobre las desventajas de esta corrección, como el costo elevado de la inversión en cal y maquinaria, y el riesgo de erosión.

La Integración Agropecuaria como Solución

Broch destacó la importancia de la integración agrícola-ganadera, que permite la rotación de cultivos como soja y pasturas, y combina ganadería con agricultura. Según su experiencia, esta práctica es más beneficiosa para los propietarios que para los arrendatarios, ya que requiere un compromiso a largo plazo con la tierra. También mencionó que el riego puede ser una solución eficaz para suelos pobres, sobre todo en períodos de sequía.

El experto recordó que, sin una inversión adecuada en tecnología y sin corregir los suelos, cultivar en terrenos pobres puede resultar en pérdidas económicas. Asimismo, destacó que el maíz, por ejemplo, no prospera en suelos ácidos o arenosos, lo que subraya la importancia de una corrección previa antes de sembrar.

Resultados Positivos en la Recuperación de Suelos

Dirceu Broch compartió casos de éxito en la recuperación de suelos, incuidos algunos ejemplos en Paraguay, donde la corrección de suelos pobres ha comenzado a mostrar resultados positivos en términos de productividad. No obstante, aclaró que el proceso es lento y requiere de paciencia y constantes ajustes.

Una de las lecciones aprendidas en la experiencia de Broch en la integración agrícola ganadera es la importancia de la fertilidad residual que deja la ganadería en el terreno. Y en un suelo de rotación con pasturas por ejemplo, con brachiaria, tener ganado en el invierno además ayuda a mantener el terreno en condiciones óptimas para la siembra, ya que el ganado consume dejando la altura adecuada para el cultivo posterior, en rotación de una oleaginosa.

Dirceu Luiz Broch concluyó su intervención subrayando que, si bien la recuperación de suelos pobres es un proceso complejo y costoso, es indispensable para garantizar la sostenibilidad y la rentabilidad de la producción agropecuaria. Aseguró que la integración de tecnologías apropiadas y el compromiso con el cuidado del suelo son clave para enfrentar los desafíos climáticos y asegurar una alta productividad en el futuro.