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Adaptación y Progreso: la misión de INBIO en el Chaco Paraguayo.

Stand de INBIO en la 5° Edición de Expo Pioneros.

INBIO tiene como objetivo la selección de variedades locales tanto en la región oriental como en la occidental del Paraguay. En el Chaco, el desafío es mayor debido a la gran variabilidad en las características ambientales, como el suelo y el clima. “Es increíble”, comentó Estela Ojeda, gerente de INBIO, al describir cómo las características ambientales del Chaco pueden cambiar significativamente en distancias cortas. “Ahí, a ladito es otro tipo (de suelo) y todo eso hay que saber manejar”, explicó.

El Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO) llegó al Chaco paraguayo en 2018, recuerda Estela Ojeda, gerente general, en una entrevista con Agropecuaria y Negocios. “Empezamos a traer y probar las variedades, intentando colaborar con los productores. Nos acercamos a las cooperativas para introducir las variedades Sojapar. Ese año también fuimos a Bolivia para llevar a cabo ensayos”, rememoró. Tras varios viajes y contactos progresivos, Ojeda comenta que en 2019 lograron iniciar un ensayo en una parcela en la Estancia Jerovia, localizada en Mariscal Estigarribia. El incipiente programa de mejoramiento de INBIO estaba ingresando formalmente al Chaco.

Estela Ojeda recordó que, a pesar de un difícil comienzo en el que el clima no favoreció el desarrollo del primer ensayo en la región occidental, hoy celebran dos años de colaboración con la Fundación Investigación y Desarrollo Agropecuario (Ideagro) de las cooperativas chaqueñas. Esta cooperación se formalizó mediante un convenio firmado por Alfred Fast, presidente de INBIO, y Maiko Doerksen, presidente de Ideagro, en el marco de la Expo Pioneros 2024.

Objetivo en el Chaco

INBIO tiene como objetivo la selección de variedades locales tanto en la región oriental como en la occidental del Paraguay. En el Chaco, el desafío es mayor debido a la gran variabilidad en las características ambientales, como el suelo y el clima. “Es increíble”, comentó Estela Ojeda, al describir cómo las características ambientales del Chaco pueden cambiar significativamente en distancias cortas. “Ahí, a ladito es otro tipo (de suelo) y todo eso hay que saber manejar”, explicó.

Las condiciones del Chaco exigen adaptabilidad. “Si buscamos un material que se comporte bien en todos los ambientes, podríamos optar por un material rústico, que está disponible, pero que es menos productivo”, indicó Ojeda. Aunque los materiales de la región oriental también pueden ser útiles en la occidental, sería ideal contar con un material “con excelente comportamiento en esta zona”, dijo.

Para los desarrolladores, la adaptación específica para cada región es crucial. Esto no solo tiene el objetivo de generar cantidad y calidad de alimento, sino también de mejorar la comercialización. “Un excelente comportamiento en esta zona puede no ser tan bueno en el sur, y cuando haces promedios, baja el rendimiento. Si intensificamos el desarrollo en esta región, podemos obtener un material específico que dé mejores resultados”, explicó Ojeda. Este es el objetivo de los investigadores y desarrolladores de tecnología.

Convenio con Ideagro

Ideagro cuenta con parcelas de ensayo en diferentes localidades del Chaco, permitiendo a INBIO aprovechar estas instalaciones para introducir las variedades de sus programas de investigación. Ojeda estima que en un periodo de dos años se tendrán semillas adaptadas tanto para la región oriental como para la occidental. Sin embargo, el equipo de INBIO es consciente de que después del trabajo en campo, seguirán los aspectos legales necesarios, que también son complejos. “Después vendrá la negociación con el dueño de esa tecnología, y cómo hacerla llegar al productor. Esa experiencia es crucial”, aclaró.

Maiko Doerksen y Alfred Fast, presidentes de Ideagro e INBIO, tras la firma del acuerdo en Expo Pioneros.

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