El mercado de la carne vacuna en el Mercosur mostró en mayo una leve tendencia a la baja en los precios, atribuida principalmente a una mayor oferta de ganado a faena en Brasil, el actor dominante de la región, según el análisis publicado por Everdem en su último boletín. El mismo indica que a pesar de esta corrección, los valores se mantienen en niveles históricamente altos, sostenidos por una demanda firme en destinos clave y la capacidad de los exportadores de negociar sin urgencias.
En ese contexto se desarrolló la feria internacional Sial en Shanghái, donde Brasil logró resistir con éxito los intentos de los importadores chinos de forzar una baja en los precios. La presión de compra por parte de China se topó con un Brasil bien posicionado y con ventas ya comprometidas para junio y parte de julio, lo que le permitió mantener los precios sin necesidad de ceder terreno.
El set de ocho cortes del delantero, producto insignia del comercio entre Brasil y China, se mantuvo sobre una base de US$ 5.500 por tonelada CFR, e incluso algunos negocios se cerraron a precios levemente superiores. En los primeros días de junio, China retomó su estrategia de presión a la baja, pero con resultados nuevamente negativos.
Un factor clave detrás de esta firmeza fue la reducción de los stocks de carne vacuna importada en China, que pasaron de niveles suficientes para 4 o 5 meses a apenas 2 o 3 meses. Esta menor disponibilidad genera urgencia en los compradores y le otorga mayor poder de negociación a los exportadores sudamericanos. “Antes estaban comprados para 4 o 5 meses, hoy tienen stocks para 2 o 3”, explicó una fuente brasileña a Faxcarne.
En Estados Unidos, la situación es distinta: la operativa exportadora se ha visto afectada por la incertidumbre comercial, especialmente debido a las idas y vueltas en torno a los aranceles impulsados por la administración Trump. Esto ha limitado el dinamismo del comercio exterior de carne vacuna norteamericana.
En Europa, los precios de importación alcanzaron su techo a mediados de mayo y comenzaron a corregir a la baja desde entonces. En particular, el rump & loin argentino, referencia clave en ese mercado, descendió entre US$ 800 y US$ 900 por tonelada.
En Chile, el aumento de la oferta brasileña ejerció cierta presión vendedora, lo que resultó en una leve baja de precios. Por el contrario, Taiwán se consolidó como un mercado estable para la carne paraguaya, con una demanda sostenida y precios firmes.
Mientras tanto, los precios del ganado a faena en Estados Unidos y la Unión Europea continúan con una fuerte escalada, superando en ambos casos los US$ 8 por kilo carcasa. Esta tendencia responde a una producción doméstica insuficiente frente a la demanda, aunque analistas coinciden en que difícilmente se mantenga en el tiempo sin una corrección.
