Incendios en Brasil alcanzaron cifra récord este año.

El mapeo realizado por Embrapa de las áreas impactadas por incendios durante el periodo seco en Brasil revela que en 2024, el monitoreo satelital mostró 200 mil focos de calor entre los meses de mayo y septiembre y que los principales focos se produjeron en áreas de formación forestal, principalmente en la Amazonia y el Pantanal de Mato Grosso.

“El estudio de las áreas forestales impactadas por el incendio muestra que los estados de Mato Grosso, Pará y Amazonas fueron los más afectados. El municipio de São Félix do Xingu, en Pará, con 3.846 incendios en áreas forestales registró el mayor número de incendios del país, el Apuí amazónico también registró más de 2 mil incendios en 2024”. , explicó Daniel Pereira Guimarães, investigador del área de Agrometeorología de la Embrapa Milho e Sorgo (MG) según una publicación de Noticias Agrícolas.

Durante la estimación de 2023 se registraron alrededor de 90 mil focos de calor en el país. En 2024, esta cifra superó los 200 mil entre los meses de mayo hasta finales de septiembre, con una fuerte intensificación de la incidencia de incendios en agosto, según el investigador. “Identificados por el sensor Modis, a bordo de los satélites Aqua y Terra, seis municipios brasileños tenían más de 5 mil puntos de calor, dentro y fuera de áreas forestales”, informó Guimarães.

Las imágenes del sensor Modis, el espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada, son verificadas por el programa Earth Science Data Systems (ESDS) de la agencia espacial norteamericana (NASA) y distribuidas en diferentes formatos en su sitio web. “Los puntos con núcleos calientes que se ven en las imágenes son los incendios”, explica el científico de Embrapa.

Para Guimarães, el escenario de fuerte estimación observado en 2024, en el que los incendios golpearán con mayor intensidad las áreas formadoras de bosques en Brasil, presenta lesiones y desafíos para la recuperación de esos biomas. “La vegetación forestal no está adaptada a los impactos de los incendios y tiende a perecer, mientras que las zonas de campo, como el Cerrado y los pastizales, se recuperan más fácilmente con la llegada de la temporada de lluvias. Otro tema tiene que ver con el gran volumen de materia seca existente en áreas forestales cuya quema provocó altos niveles de contaminación del aire en el país”, reflexiona. “Estos cambios también se ven en los cambios en los índices de encuestas obtenidos a partir de imágenes de satélite. Los resultados fueron altos índices de incendios y escasez de agua en los ríos de la región”, explicó.

Las áreas agrícolas también fueron muy afectadas, siendo los cañaverales los más impactados, con la ocurrencia de más de cuatro mil incendios en 2024. Cuando en 2023 se registraron 650 incendios, según el investigador. “Veremos pérdidas tanto por la acción del fuego como por la caída de la productividad provocada por el estrés hídrico”. Según Guimarães, una estimación fuerte tendrá impactos en la próxima cosecha. “Las áreas de cultivo de soja están en barbecho y las pérdidas están relacionadas con la quema de materia orgánica y cobertura del suelo. En cuanto  al café tuvieron baja incidencia de incendios, pero tendrán un fuerte impacto por deficiencia de agua en la zona de las raíces. Una situación similar ocurre en las zonas frutícolas”, informa Guimarães.

La llegada de la temporada de lluvias a gran parte del país en la segunda semana de octubre marcó el fin de la estimación que provocó la mayor incidencia de incendios en Brasil, con enormes pérdidas económicas y daños ambientales incalculables. Según Guimarães, la intensidad de las estimaciones se evalúa en función de la duración del período sin lluvias y del impacto del fenómeno El Niño Oscilación del Sur (Enso).