Un estudio de Cepea muestra que las condiciones climáticas favorables permitieron continuar con la cosecha de cereales en Rio Grande do Sul, tareas que habían sido interrumpidas por fuertes lluvias y así nuevos actores regresaron al comercio. Este escenario resultó en reacciones de precios más intensas en ese período. Sin embargo, a partir del miércoles 22, el estado volvió a ser golpeado por fuertes lluvias y ráfagas de viento, lo que dificultó la logística del flujo y generó más temor en los agentes, informó el equipo de Noticias Agrícolas.
Según investigadores de Cepea, las lluvias impidieron la carga de materias primas vendidas en semanas anteriores, posponiendo nuevas negociaciones. Las dificultades para emitir facturas también influyen en una menor liquidez. Además, la cancelación de la subasta de compra por parte de la Conab y toda la polémica generada por la intervención gubernamental reforzaron el menor ritmo de los negocios.
El gobierno puso a cero el TEC (Arancel Exterior Común) para importar arroz de fuera del Mercosur hasta finales de 2024. Estos hechos atípicos han dejado a muchos empleados consultados por Cepea temerosos sobre el futuro del mercado del arroz con cáscara.
Respuesta a las consecuencias
Para evitar una posible escalada en los precios del arroz, la Empresa Nacional de Abastecimiento (Conab) planteó la compra del producto ya industrializado y envasado en el mercado internacional. Así lo había anunciado el ministro de Agricultura y Ganadería, Carlos Fávaro. Este es uno de los efectos de las inundaciones en Rio Grande do Sul, estado responsable del 70% de la producción nacional de arroz.
Según el ministro, las pérdidas en la agricultura, los almacenes inundados y, principalmente, la dificultad logística en el transporte del producto, con las carreteras cerradas, podrían crear una situación de desabastecimiento, aumentando los precios en el comercio.
El gobierno federal decidió importar arroz en un intento de evitar un aumento en el precio del grano luego de las lluvias e inundaciones que devastaron Rio Grande do Sul, el principal estado productor de granos del país.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva autorizó la importación provisoria de Bolivia, Paraguay, Uruguay y Argentina para bajar el precio del producto en Brasil.
Agrolatam reportó que pérdidas de más de 80 millones de reales que afectan a múltiples cultivos como soja, arroz, y la industria de la carne. Estas cifras podrían seguir aumentando.