En un estudio de la Universidad Humboldt de Berlín sobre la política de bienestar animal en Alemania, se analizó cómo las normas del mercado interno europeo influyen en la creación de políticas en los países de la UE. El artículo, escrito por Jasmin Zöllmer y el profesor Harald Grethe, publicado en la revista “European Policy Analysis”, muestra que estas normas a menudo impiden que los estados miembros adopten estándares más altos de bienestar animal.
Los autores explican que el mercado interno europeo presenta desafíos importantes y que permitir mayor soberanía a los estados miembros en áreas sensibles podría ser compatible con una integración profunda del mercado. Según Zöllmer, aunque el Mercado Común de la UE es un gran logro, es difícil para los estados miembros superar las normas comunes, ya que los estándares más altos implican mayores costos de producción y desventajas competitivas frente a países con estándares más bajos.
Los investigadores muestran que la libre circulación de mercancías ha influido mucho en la legislación de protección animal en Alemania. La competencia dentro de Europa ha impedido que los políticos adopten estándares más altos de bienestar animal, a pesar del creciente apoyo social en Alemania.
La libre circulación de mercancías en la UE se basa en el reconocimiento mutuo: cualquier producto legalmente fabricado en un estado miembro debe ser aceptado en todos los demás. Los científicos sugieren que los estándares de bienestar animal en Alemania serían más altos si se aplicaran también a las importaciones, lo cual no es posible actualmente en el mercado común de la UE, asegura la réplica realizada por eurocarne.
Zöllmer explica que aunque Alemania puede prohibir ciertas prácticas agrícolas, debe aceptar productos de otros países de la UE que siguen esas prácticas. Esto ralentiza la formulación de políticas. Por ejemplo, Alemania no ha prohibido completamente la cría de gallinas en jaulas debido a las desventajas competitivas.
Los investigadores proponen aumentar los estándares de bienestar animal en Alemania sin trasladar la producción al extranjero, sugiriendo que se compense el costo adicional con primas estatales. Sin embargo, los políticos han implementado pocas de estas sugerencias.
También señalan que en el mercado interno de los EE.UU., estados como California pueden aplicar sus estrictas leyes de protección animal a las importaciones de otros estados, evitando desventajas competitivas y socavaciones por importaciones más baratas. Este enfoque podría ser considerado por la UE, especialmente porque otras políticas, como las ambientales, también podrían beneficiarse.