El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump ordenó la imposición de un arancel ad valorem adicional del 40 % a diversos productos brasileños importados al país. Sumándolo al arancel universal anterior, completa así 50 % de aranceles al vecino país.
La medida fue anunciada a través de una orden ejecutiva publicada en el sitio oficial de la Casa Blanca. En el documento, Trump invoca su autoridad presidencial conforme a varias leyes, entre ellas la Ley de Emergencias Nacionales y la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional.
Según el mandatario, las recientes políticas y acciones del Gobierno de Brasil “vulneran el derecho a la libre expresión de los ciudadanos estadounidenses”, “interfieren con la economía” del país y “socavan el interés de Estados Unidos en proteger a sus ciudadanos y empresas”. En particular, el documento menciona que ciertos funcionarios brasileños habrían presionado a plataformas estadounidenses para censurar contenidos protegidos por la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU., además de exigir datos de usuarios estadounidenses.
Trump responsabiliza directamente al ministro del Supremo Tribunal Federal de Brasil, Alexandre de Moraes, a quien acusa de abuso de poder por autorizar arrestos, redadas, congelamientos de cuentas bancarias y órdenes de censura contra opositores políticos, incluyendo ciudadanos estadounidenses, bajo el pretexto de combatir la desinformación.
“Estas acciones arbitrarias e intimidatorias ponen en riesgo la economía de Estados Unidos al forzar a empresas estadounidenses a cumplir con exigencias ilegales, bajo amenaza de multas, enjuiciamientos penales o exclusión del mercado brasileño”, sostiene la orden.
La declaración también critica el trato del Gobierno brasileño al expresidente Jair Bolsonaro, quien, según el documento, es víctima de una persecución política a través de “procesos judiciales simulados” tras las elecciones de 2022. Para Trump, esta situación contribuye a “la ruptura deliberada del Estado de derecho en Brasil” y representa una amenaza al orden institucional democrático del país sudamericano.

El Departamento de Estado será el encargado de monitorear la situación
El nuevo arancel del 40 % se aplicará a productos brasileños específicos, salvo algunas excepciones detalladas en anexos de la orden, como aeronaves civiles, fertilizantes, energía, metales preciosos y pulpa de madera. La medida entra en vigor siete días después de la publicación de la orden y regirá para todas las importaciones no excluidas.
El presidente también advirtió que, si el Gobierno de Brasil toma represalias, como el aumento de aranceles a productos estadounidenses, responderá endureciendo aún más las medidas. En cambio, si Brasil da “pasos significativos” para revertir las acciones que motivaron la emergencia nacional, la orden podría ser modificada.
La Casa Blanca informó que el Departamento de Estado será el encargado de monitorear la situación, en coordinación con otras agencias federales. Asimismo, se presentarán informes periódicos al Congreso sobre la implementación y los efectos de esta medida.
La Agencia Reuters informó que entre las principales preocupaciones del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva estaba Embraer, que exporta el 45% de sus aviones comerciales y el 70% de sus aviones ejecutivos a Estados Unidos. Los analistas también advirtieron de un posible impacto grave en Suzano, uno de los mayores productores de celulosa del mundo. Las acciones de Embraer subieron un 11% en São Paulo y las acciones de Suzano ganaron más de 1% en las operaciones de la tarde.
Sin embargo, el exsecretario de Comercio Exterior, Welber Barral, advirtió que aún es prematuro celebrar. Estima que la lista de productos brasileños exportados a Estados Unidos comprende aproximadamente 3.000 artículos, y solo una fracción de ellos ha sido excluida. “Habrá un impacto”, dijo sobre los aranceles. El decreto del miércoles no incluyó exenciones para la carne de res ni el café, dos exportaciones importantes a Estados Unidos, señaló.