Brasil anuncia una baja importante en su producción de soja y maíz.

La campaña agrícola 2023/24 representaría la mayor pérdida del sistema soja + maíz en los últimos 25 años en Brasil, según una actualización de Cepea y asociaciones de productores de ambos rubros.

La Aprosoja (Asociación Brasileña de Productores de Soja) y Abramilho (Asociación Brasileña de Productores de Maíz) organizaron una conferencia de prensa para presentar datos de productividad y rentabilidad de los productores de soja y maíz en la cosecha 23/24. Además de representantes de las dos entidades, participaron de las presentaciones el Imea (Instituto de Economía Agrícola de Mato Grosso) y el Cepea (Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada), informó el equipo de Noticias Agrícolas.

Al presentar datos sobre los costos de producción de soja y maíz en esta cosecha, el investigador de Cepea, Mauro Osaki, afirmó que se espera que la cosecha 2023/24 represente la mayor pérdida del sistema soja + maíz en los últimos 25 años, con base en los datos de la región de Sorriso en Mato Grosso.

“Los costos de producción bajaron y el productor pudo comprar insumos para la cosecha 23/24 a precios más bajos que los que había comprado para la 22/23, pero al final la rentabilidad fue menor, porque los precios de venta de los commodities bajaron aún más”, él explicó.

El investigador destaca que los resultados de la segunda cosecha de maíz son aún mejores, con el grano cerrando la cuenta en muchas regiones, pero con excedentes insuficientes para cubrir lo que quedó de soja.

“Los márgenes de la soja y del maíz cayeron y eso trajo una crisis grave porque no bajaron los costos de producción, sólo el precio. Muchos estados tienen problemas de productividad y la única esperanza es que los costos de producción bajen de ahora en adelante, o que haya una crisis global que eleve los precios de las materias primas, lo cual no se espera que suceda”, señala Fabricio Rosa, director ejecutivo de Aprosoja Brasil.

De cara al ciclo 2024/25, Osaki tampoco ve un escenario muy alentador, con una situación similar de valores ajustados. Datos de Cepea indican que sería necesaria una productividad promedio de 55 sacos por hectárea para cubrir apenas los costos de la próxima cosecha, considerando los niveles actuales de insumos, Chicago, dólar y prima.

“Este cálculo es sólo por el costo, sin tomar en cuenta las deudas que se generarán por esta cosecha y las inversiones de los productores. Habrá que buscar reducir costos y repensar estrategias para la zafra 2024/25”, afirma el investigador de Cepea.

Este temor sobre las cuentas de la próxima cosecha también fue destacado por el superintendente del Imea, Cleiton Gauer, trasladando el escenario presentado en el estado de Mato Grosso a la planificación de la próxima campaña.

“Estamos viendo precios inferiores a 100 reales por bolsa y, aun así, los comerciantes no ofrecen. El productor no tiene ofertas con precios atractivos y cerrar cuentas por debajo de R$ 100/sc es una pérdida”, dice Gauer.

Ante este escenario, el director ejecutivo de Abramilho, Glauber Silveria, cree que los productores deben reducir la siembra en la cosecha 2024/25, especialmente en tierras arenosas que se abrieron en los últimos años, como ya ocurrió en otros años de crisis.

“Pasó allá en una época que sembramos mucho, hubo una caída grande y de una cosecha a otra hubo un retroceso de 1 millón de hectáreas, que fue cuando avanzaron hacia los arenales. Ahora creo que debe haber ser un retiro en estas áreas, esa es mi sensación al observar”, dice Silveira.