Considerando el debate público que se ha generado en torno al Reglamento 1115 de la Unión Europea, su impacto en el país y la posibilidad de generar herramientas a nivel local para que seguir accediendo a dicho mercado, la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales CAPPRO realizó un análisis que compartió en su último informe de industrialización mensual.
En el mismo, recuerda que la norma rige para los 27 países miembros de la UE y que a partir del 1 de enero de 2025 todas las exportaciones que se realicen a la UE desde cualquier parte del mundo estarán alcanzadas.
“Paraguay cuenta con una robusta legislación en materia desforestación, ambientales, económicas y sociales. En Paraguay, los productos alcanzados por el reglamento son: soja, carne bovina, madera y sus productos derivados”, destaca sobre la situación de nuestro país.
Continúa comentando que la soja, nuestro principal rubro agrícola y sus productos derivados, están alcanzados por las exigencias de dicho reglamento y recuerda que en condiciones normales en cuanto al clima, nuestra producción de soja ronda los 10 millones de toneladas por año; considerando las estadísticas del año pasado, se exportaron directa o indirectamente alrededor de 7,1 millones de toneladas a países que están alcanzados por este reglamento.
Desde la CAPPRO, resaltan que a UE es el principal comprador de harina de soja paraguaya, nos compra directamente alrededor de 500 mil toneladas de harina de soja por año, lo que representa una tercera parte de la harina que se obtiene en las industrias.
Por otro lado, nuestro principal destino de la soja en estado natural o en granos son las industrias aceiteras de Argentina, que el año pasado compraron 6,02 millones de toneladas de los 6,49 millones que exportamos en total, según datos del BCP; esos granos son mezclados y procesados con los argentinos y reexportados, siendo la Unión Europea también el principal comprador de la harina que se produce en el vecino país.
“Toda la cadena de valor de la soja argentina se encuentra trabajando en una solución que les permitiría cumplir con los estándares de la UE, por eso es importante que Paraguay trabaje en el mismo sentido, para no tener dificultades para colocar la soja y subproductos de origen paraguayo, afectando los precios de los productos, y por lo tanto, generando una caída de ingresos en la cadena y en la economía del país”, advierten.
En un apartado de cierre del informe sobre el trabajo mensual de las agroindustrias, CAPPRO indica que “tomando en cuenta que toda la cadena de la soja y el Gobierno Nacional vienen haciendo muy bien las cosas en cuanto a producción sostenible, estamos convencidos de que este desafío lo podemos convertir en una oportunidad para que nuestros productos alcancen un mayor reconocimiento y sigan accediendo a mercados premium y de referencia, gracias a un sistema de trazabilidad confiable”.
Y concluyen “Desde la CAPPRO seguiremos trabajando por defender todo lo que se hace bien en el país y en poder demostrarlo a todo el mundo, facilitando que nuestros productos lleguen a los mercados más exigentes sin que esto suponga una carga que lleve a perder competitividad a nuestro país, a todo el sector y en especial a los productores”.