A pesar de que las últimas semanas han traído cierto alivio, el nivel de precipitaciones acumulado en el año en la región de influencia de la hidrovía Paraguay – Paraná se encuentra por debajo de lo esperado, lo que impacta de manera negativa las condiciones de navegabilidad. Esta situación ha generado una disminución significativa en el nivel de agua en nuestras principales vías navegables, lo que dificulta el tránsito de nuestras embarcaciones, de cuya operación depende una porción muy importante de nuestro comercio exterior y de nuestra economía en general.
Esto es referenciado por la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO) quienes indican que todo esto se siente de manera muy clara en nuestra logística fluvial, donde ya se observan sobrecostos debido a la imposibilidad de cargar las embarcaciones a su máxima capacidad y al menor ritmo de desplazamiento de nuestras embarcaciones, lo que incrementa el tiempo necesario para que los productos alcancen sus destinos.
Esta situación no solo afecta al Paraguay en términos de exportación, sino también en el abastecimiento de insumos necesarios para sus actividades productivas o incluso para el consumo, por lo que permea a toda la economía nacional, aseguran en su boletín estadístico mensual.
La hidrovía Paraguay – Paraná juega un papel crucial en la competitividad económica del país, siendo fundamental para el transporte eficiente de sus productos. Es especialmente vital para el sector agroindustrial (que representa un porcentaje significativo de las exportaciones del país), donde, del total de las exportaciones del complejo sojero y de granos como maíz y trigo, el 82% del volumen exportado de estos productos salió por la vía fluvial en el primer trimestre del año.
En este contexto, desde la CAPPRO consideran imperativo desarrollar un plan maestro para nuestras vías navegables y sugieren que este plan debe abordar de manera integral los desafíos actuales y futuros, reduciendo la dependencia de las condiciones climáticas y permitiendo una gestión más proactiva para la navegación. El plan maestro debe contemplar acciones como el dragado y mantenimiento de los canales, el adecuado balizamiento y señalización, el control del tráfico fluvial y la implementación de tecnología para agilizar los procesos y trámites relacionados, en un marco de participación público – privada. Además, es esencial que estas medidas se coordinen con los demás países signatarios del Acuerdo de la Hidrovía, asegurando una gestión eficiente y sostenible de este recurso compartido, concluyen.