“Hoy la nutrición debe pensarse en función del mercado”. Esa fue una de las definiciones centrales que dejó el ingeniero agrónomo Ricardo Malvetti, director de BM Trading, durante la disertación “Nutrición Eficiente del Ganado Lechero”, realizada en el marco de la Feria Agropecuaria San Pedro 2025, ante productores y técnicos del sector en al Jornada Lechera.
Malvetti explicó que “ya no se paga solo por volumen de leche, sino también por proteína, grasa y sólidos totales”, y advirtió que “si la nutrición no está alineada con lo que demanda y paga la industria, estamos dejando ingresos sobre la mesa”. En ese sentido, remarcó que una alimentación eficiente permite “lograr la máxima producción, expresar el potencial genético de la vaca, mejorar la fertilidad, obtener buena calidad de leche y aumentar la longevidad del animal”, lo que “se refleja directamente en la rentabilidad del tambo”.
Durante su exposición, el especialista aclaró que “solo con nutrición no se logran los mejores resultados”. “Tenemos que mirar el sistema completo: genética, manejo, ambiente, recursos forrajeros y la realidad de cada productor”, sostuvo. También hizo referencia al impacto del estrés calórico: “Cuando la vaca sufre calor, disminuye el consumo de materia seca. Si queremos altas producciones, debemos concentrar proteína y energía en poco volumen para compensar esa menor ingesta”.
“El exceso de un nutriente no compensa la falta de otro”
Malvetti recordó la vigencia de la Ley del Mínimo formulada por Liebig y su aplicación en la nutrición animal. “El crecimiento no depende de la cantidad total de nutrientes disponibles, sino del nutriente más escaso. Un exceso de uno no compensa la falta de otro”, afirmó. “Hoy trabajamos con software que balancea más de 100 o 150 variables, por eso es clave el acompañamiento de un asesor técnico, para asegurar que ningún nutriente esté en déficit, incluso microelementos como el selenio o el yodo”, agregó.
Al referirse a los nutrientes básicos, señaló que “fibra, proteína, energía, minerales, vitaminas y agua deben estar correctamente balanceados todos los días”. Sobre la fibra, destacó que “cumple un rol clave en la salud ruminal y además es un recurso que el productor puede generar en su propia finca”. “Todo empieza en el suelo: lo que tiene el suelo lo tiene el vegetal, y lo que tiene el vegetal lo tiene el animal”, explicó.
También se refirió al manejo del tamaño de picado de los forrajes. “Buscamos longitudes de fibra que promuevan la rumia, la salivación y un pH ruminal estable. Si la fibra es muy larga, la vaca selecciona; si es muy corta, aumenta el riesgo de acidosis”, indicó, mencionando el uso de buffers, algas marinas, óxido de magnesio e inoculantes para silajes.
“Sin una buena crianza, difícilmente logremos vacas con alto potencial productivo”
En cuanto a la proteína, Malvetti afirmó que “es fundamental para el crecimiento, la producción y el funcionamiento enzimático”. Destacó el uso de proteínas bypass y el balanceo de aminoácidos en vacas de alta producción, y advirtió que “la calidad, la palatabilidad y el control de micotoxinas, como las aflatoxinas, son determinantes para la salud y la producción”.
La energía, los minerales y las vitaminas también formaron parte central de la disertación. “En la vaca lechera es necesario suplementar vitaminas A, D y E, siendo esta última clave para la reproducción”, señaló. Sobre el agua, fue contundente: “Es un nutriente fundamental. Debe estar disponible las 24 horas, en cantidad y calidad adecuadas. Una vaca puede consumir entre 80 y 150 litros por día”.
Malvetti puso especial énfasis en la crianza. “Todo empieza desde el ternero. Sin una buena crianza, difícilmente logremos vacas con alto potencial productivo”, afirmó. “El suministro temprano de calostro, una leche o sustituto de calidad, agua, balanceado y probióticos impacta directamente en la productividad y fertilidad futura”.
Para cerrar, Malvetti concluyó: “La nutrición impacta en el crecimiento, la producción, la sanidad y la reproducción, y todo eso se refleja en el resultado económico. El éxito se logra con trabajo conjunto entre el productor y el asesor técnico, adaptando la nutrición a cada sistema productivo”.
