La peste porcina africana (PPA) amenaza con extenderse de forma prolongada, algunos especialistas inclusive se arriesgan a dar un plazo (2 años) y de forma aún más agresiva tanto en Asia como en Europa, según advirtieron especialistas tras la confirmación de nuevos brotes en Vietnam y Estonia. Las autoridades sanitarias temen una propagación difícil de contener debido al aumento de casos y la falta de medidas de bioseguridad, lo que podría desencadenar una nueva ola epidémica con graves consecuencias para la producción porcina y la seguridad alimentaria.
Especialistas del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente de Vietnam alertaron sobre el alto riesgo de que la peste porcina africana (PPA) continúe propagándose en el país. La preocupación aumentó tras un nuevo brote de fiebre porcina africana (FPA) en Kastre, Estonia, donde se sacrificaron 6.000 cerdos, según la Junta de Agricultura y Alimentación de ese país.
La web especializada Porcicultura informó que esta es la segunda incidencia comercial del virus en Estonia en 2025. La anterior, registrada en junio, causó la pérdida de 2.700 animales. El profesor Arvo Viltrop, de la Universidad de Ciencias de la Vida de Estonia, estimó que la situación podría prolongarse hasta dos años, debido al crecimiento descontrolado de la población de jabalíes y la falta de medidas de bioseguridad en las granjas.
En Vietnam, desde enero hasta el 23 de julio, se reportaron 636 brotes de PPA en 30 de las 34 provincias, con 42.349 cerdos infectados y 43.375 sacrificados, según Phan Quang Minh, del Departamento de Ganadería y Medicina Veterinaria. Las autoridades temen que la persistencia de estos focos afecte la cadena alimentaria y el medio ambiente, según el portal agronegocios.
Durante junio y julio, los brotes aumentaron en el norte y la costa central del país, especialmente en explotaciones familiares con escasa bioseguridad. Según un informe del Ministerio de Industria y Comercio, la cría porcina a pequeña escala representa un alto riesgo de propagación por falta de controles sanitarios.
Prensa Latina informó que muchos agricultores evitan reportar casos sospechosos, optando por vender o desechar cerdos enfermos. Además, el sacrificio de animales se realiza a menudo sin control veterinario, y la escasez de personal técnico en zonas rurales impide una detección y respuesta eficaces ante los brotes.
La PPA, aunque no afecta a los humanos, tiene un impacto devastador en las poblaciones porcinas y en la economía. La OMSA explica que el virus es muy resistente y puede propagarse a través de ropa, calzado, vehículos o productos derivados del cerdo, como jamones o embutidos.