“Paraguay es un país productivo, estamos muy orgullosos de ser uno de los mayores exportadores de carne a nivel mundial”, dijo Laura Villalba, gerente de programas de Wildlife Conservation Society (WCS) al contextualizar el trabajo que realizan para la conservación de ecosistemas en Paraguay en el rubro ganadero. “La verdadera decisión la toman los propietarios de las tierras, los productores, por lo que ellos son una parte esencial de la solución”, afirmó Villalba, asegurando que “muchos de estos productores realmente hacen esfuerzos, están dispuestos a hacer adecuaciones para mejores prácticas ganaderas, mejores prácticas productivas para la conservación de recursos naturales”.
En este escenario, la certificación “Paisaje Productivo Protegido” (PPP) surge como un mecanismo que valida y visibiliza los esfuerzos de los productores comprometidos con prácticas más sostenibles. Bajo el nombre “PPP Mbarete Py.”, busca diferenciar a aquellos productores que implementan prácticas que respetan la biodiversidad y los ecosistemas dentro de sus fincas ganaderas.
“El productor está invirtiendo y tomando decisiones conscientes sobre cómo convivir armónicamente con la naturaleza”, explicó Villalba, destacando que estos esfuerzos no solo son beneficiosos para el medio ambiente, sino también para la sostenibilidad a largo plazo de la producción ganadera.
Aseguró que con PPP Mbarete Py. intentan diferenciar a los productores que hacen las cosas de una manera y de otra. “Muchas veces el productor lo hace por ética, lo hace porque es un buen productor o lo hace por sobre todo porque entiende que conservar sus recursos ecosistémicos significa también producir por más tiempo”, comentó.
Villalba comentó que “La sostenibilidad de su producción depende de la calidad del suelo, depende de la disponibilidad del agua, depende de la biodiversidad que está relacionada y, cuando el productor entiende eso, hace muchos esfuerzos, incluso invierte para realizar ciertas adecuaciones que justifican esa convivencia entre la producción y la biodiversidad que sostiene dentro de su predio ganadero o dentro de su predio productivo”. ¿Cómo se puede mostrar eso? ¿Cómo se puede visibilizar de alguna manera?”, dijo, enfatizando la importancia de la certificación PPP para este trabajo agropecuario.
La cooperativa Neuland ha sido pionera en este proceso, participando activamente en el proyecto piloto que permitió la implementación de la norma y la auditoría necesarias para certificar los paisajes productivos. Este esfuerzo, que incluye la normalización de las reglas y la creación de un sistema de trazabilidad, es una muestra del compromiso de Paraguay con la sostenibilidad en su sector ganadero.
“El esfuerzo del productor tiene que ser acompañado por el consumidor”
La certificación, que tiene como principal objetivo garantizar la trazabilidad de los productos, será acompañada por un código QR que permitirá a los consumidores verificar la procedencia y sostenibilidad de la carne que compran. De esta manera, el consumidor juega un rol fundamental: “Si el consumidor valora estas certificaciones, estará contribuyendo directamente a la conservación de la naturaleza”, señaló Villalba.
El PPP Mbarete no solo representa una herramienta de diferenciación para los productores paraguayos, sino también un avance significativo en la integración de la producción y la conservación en América Latina. Con la ambición de llevar la carne certificada a los mercados internacionales, el proyecto busca ofrecer una alternativa sostenible y responsable para los consumidores, mientras promueve prácticas ganaderas que protejan los recursos naturales del país.
“Queremos que, para marzo, ya podamos ver carne certificada en las góndolas. Este es solo el inicio de un proceso que, si tiene éxito, nos permitirá ampliar la oferta y atraer a más productores”, concluyó Villalba, subrayando que el futuro de la ganadería paraguaya depende de la adopción masiva de estas prácticas sostenibles por parte de los productores, el mercado y los consumidores.