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Parpov y su lucha por la protección de la propiedad intelectual en el sector agrícola paraguayo.

Foto: archivo A&N.

Olinda Ocampos, directora ejecutiva de la Asociación Paraguaya de Obtentores Vegetales  (PARPOV), exploró a fondo la compleja cuestión de la propiedad intelectual en el ámbito de la agricultura en Paraguay. Ocampos detalló cómo PARPOV, en su papel fundamental en este sector, aborda diversos aspectos que van desde los derechos del obtentor hasta la protección de tecnologías biotecnológicas.

“En Paraguay, el tema de la propiedad intelectual en relación con variedades vegetales y plantas abarca una amplia gama de áreas, desde los derechos del obtentor hasta las patentes de biotecnologías y marcas asociadas a la gestión de semillas”, explicó Ocampos.

Según Ocampos, el marco legal que regula estas cuestiones se basa principalmente en la Ley de Semillas y de Protección de Cultivares. Sin embargo, señaló que esta ley, aunque establece protecciones para los derechos del obtentor, carece de una fuerza penal significativa, lo que a menudo resulta en vulneraciones de estos derechos, especialmente en el ámbito de las semillas.

Una preocupación particular para PARPOV es el bajo nivel de legalidad en la producción de soja en el país, estimado entre un 30% y un 35%, lo que plantea desafíos significativos en términos de observancia y cumplimiento de la ley.

Ocampos destacó que, además de la ley de semillas, existen otras normativas que tienen mayor fuerza legal, como la ley de patentes y la ley ambiental. Estas leyes, a diferencia de la ley de semillas, imponen sanciones más severas, incluida la privación de libertad, lo que refuerza la protección de la propiedad intelectual en el sector agrícola.

Foro: Archivo A&N.

En cuanto al trabajo práctico de PARPOV, Ocampos explicó que la organización colabora estrechamente con SENAVE y otras entidades para garantizar el cumplimiento de las regulaciones y promover el uso de semillas certificadas. También destacó la importancia de educar a los productores sobre la diferencia entre semillas certificadas y no certificadas, y cómo esta distinción afecta a los derechos del obtentor y a la calidad de los materiales agrícolas.

“La compra de semillas certificadas es la única forma de reconocer adecuadamente los derechos del obtentor y de las tecnologías asociadas”, afirmó Ocampos. “Esto garantiza que los obtentores reciban la retribución adecuada por su trabajo y fomenta la investigación y el desarrollo de materiales agrícolas de vanguardia”, destacó.

PARPOV que actualmente cuenta con 13 socios, se dedica a promover la protección de la propiedad intelectual en el sector agrícola paraguayo, trabajando en colaboración con diversas entidades y educando a los productores sobre la importancia de utilizar semillas certificadas y respetar los derechos del obtentor. Su objetivo es asegurar un mercado agrícola justo y sostenible para todos los involucrados.

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