Los índices de productores sin escolaridad bajaron significativamente según el último Censo Agropecuario Nacional (2022) y del total de residentes en finca, 4.055 productores se formaron en Bachillerato Técnico Agropecuario, mientras que 14.684 recibieron educación universitaria o superior no universitaria, con una significativa participación femenina. Estos datos fueron destacados en el boletín informativo de la Unión de Gremios de la Producción UGP.
“Además de la profesionalización de los productores y futuros profesionales del campo, esto trascendió a las familias que buscan nuevas oportunidades en otros rubros”, destacaron.
Entender hacia dónde va el desarrollo de herramientas tecnológicas para la producción también es un desafío para el país. “Existen diferentes técnicas de biotecnología con las que se convivió, las se conviven a diario y aquellas que seguirán presentes en el futuro. Por eso es importante que los estudiantes conozcan sobre el tema y puedan formar sus propios criterios”, explicó la Ing. Estela Ojeda, gerente general del Instituto de Biotecnología Agrícola.
Menciona que, aunque en los programas de primaria y secundaria hay temas ligados a definir qué es la biotecnología, queda un camino por recorrer en cuanto a comprender su potencial como herramienta de producción y el peso de los programas de mejoramiento.
“Las diferentes técnicas son herramientas para producir mejor, en forma eficiente y sostenible. Es importante que los futuros trabajadores y emprendedores rurales tengan conocimientos de la tecnología, entiendan el sistema y lo que se viene para el futuro”, agregó.
Asimismo, considera que estos conocimientos no solo deben llegar a escolares y universitarios ligados al agro, sino también a la sociedad en general, porque está ligado a la vida de todas las personas, y en una sociedad que se volvió inmediatista y con mucha información circulando en redes sociales, se puede tergiversar estas informaciones.
Para Ronaldo Dietze, rector de la universidad San Carlos, la formación terciaria de nuestros recursos humanos es central en el empleo y para el empleo en el campo.
“Es necesario que no se descuide la formación terciaria de carreras técnicas relacionadas al sector más importante de la economía del país; que contribuye al Producto Interno Bruto (45%), genera empleo directo (más del 40%), ingresos de divisas (70%), materia prima para las industrias y alimentos sobre la mesa para millones de comensales”, señaló.
Explicó que en Paraguay y en el mundo escasean los técnicos universitarios (ingenieros) y teniendo en cuenta que Paraguay no posee minerales -por lo menos de manera visible- la estrategia de desarrollo se basa en la producción de alimentos. “Por lo que no se puede descuidar nuestra “gallina de huevos de oro” y es bien sabido que la formación de técnicos calificados en esta área es una condición altamente necesaria”, agregó.
En cuanto a las demanda de conocimientos, mencionó que la producción de bienes alimenticios y no alimenticios originados con el uso sostenible de los recursos naturales se vuelve cada vez más complejo y exigente; además la tecnología (mecanización, biotecnología y tecnología de gestión) avanza sin descanso y exige una formación permanente, efectiva y adecuada de los recursos humanos para enfrentar desafíos, crecer y mantenernos competitivos en el sector.
“El nuevo perfil de profesionales para enfrentar los desafíos de la complejidad productiva tiene un inmenso campo de acciones en el área productiva y en las instituciones encargadas de definir políticas y estrategias en favor de los agronegocios”, resaltó el profesional, y citó sectores como la agricultura, ganadería, forestal, industrial, economía agraria, aplicación de tecnología, valor agregado, área de definición de políticas y formulación de estrategia productivas, entre otros.
Paraguay está dando pasos importantes para mejorar el acceso a la educación en zonas rurales. Sin embargo, los desafíos son constantes. Es imperante potenciar al talento joven, como protagonista del desarrollo sostenible del país, indica el reporte compartido por la Unión de Gremios de Producción.