“Proteger más la planta para que exprese su máximo potencial, la clave para la soja”

Con los nuevos cultivares de soja más productivos y la resistencia creciente a fungicidas, los productores deben adoptar estrategias integrales para proteger sus cultivos y asegurar rendimientos óptimos, señalaron expertos en el Simposio Internacional de Agricultura de la Central Nacional de Cooperativas UNICOOP.

En el marco del Simposio Internacional de Agricultura organizado por la Central Nacional de Cooperativas UNICOOP, el ingeniero agrónomo e investigador de Intagro, Sidinei Neuhaus, abordó estrategias innovadoras para el manejo cultural y fisiológico de enfermedades en soja, con el objetivo de maximizar la productividad del cultivo.

Durante su presentación titulada “Manejo cultural y fisiológico de enfermedades en soja: foco en la planta para máxima productividad”, Neuhaus subrayó la necesidad de ir más allá del control químico tradicional con fungicidas. “La secuencia de aplicación de fungicidas aporta, pero estamos viendo que todavía hay exceso de enfermedad. Es necesario complementar con otras prácticas que permitan iniciar un cultivo más sano”, explicó.

Entre estas estrategias, destacó la reducción del inóculo inicial mediante rotación de cultivos, tratamiento y selección de semillas más sanas, y la cobertura del suelo con rastrojos para disminuir la presión de enfermedades. Además, señaló la importancia de tecnologías que induzcan defensas en la planta, ayudándola a responder a estreses ambientales como altas temperaturas, humedad irregular o falta de agua, además de los propios ataques de patógenos.

Neuhaus enfatizó un desafío creciente: mientras los nuevos cultivares tienen mayor potencial de rendimiento, los fungicidas tradicionales pierden eficacia por procesos naturales de resistencia. “Tenemos cultivares que pueden producir más y dependen de mejor protección, pero los productos químicos no mantienen el nivel de control que tenían. La clave es proteger más la planta sin depender exclusivamente de fungicidas”, indicó.

Un punto crítico que subrayó fue el momento de la primera aplicación de fungicida. Según el experto, retrasarla durante la etapa vegetativa puede generar pérdidas superiores a 20 kilos por día, equivalentes a más de 7 dólares diarios. Por ello, recomendó iniciar las aplicaciones de manera oportuna y asociar fungicidas multisitios, junto con el uso de inductores de defensa y fungicidas biológicos, para preparar a la planta frente a posibles estrés climático en los meses de diciembre y enero.

“Las altas temperaturas afectarán a todas las plantas, pero las que están preparadas sufrirán menos. El inicio de la safra es clave: tenemos soja sana, verde, sin enfermedad, y debemos protegerla para que llegue fuerte hasta la etapa de formación de grano, que es la más crítica”, concluyó Neuhaus.

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