Los aranceles globales para el sector agrícola son más altos que para otros bienes, así lo revela el informe “Desarrollo Sostenible de la Agricultura En América Latina y el Caribe: Desafíos y Oportunidades”, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), este informe, publicado en enero de este año, también indica que siguen existiendo barreras no arancelarias, que se aplican con mayor frecuencia a productos y alimentos de origen animal o vegetal.
“Las normas privadas emergentes también conllevan costos de cumplimiento prohibitivos, particularmente para los pequeños productores”, indica en otro punto el extenso informe que cuenta con un total de 57 páginas.
Adicionalmente, los nuevos requisitos de certificación relacionados con la protección ambiental y una economía baja en carbono imponen costos adicionales que podrían crear barreras al comercio de productos agroalimentarios, amenazando la competitividad de la región si no se implementan las medidas adecuadas.
Como un desafío también cita que la baja efectividad de los servicios de sanidad animal y vegetal e inocuidad de los alimentos, también limitan el acceso a mercados que con el tiempo han aumentado las exigencias en términos de la calidad de los productos agropecuarios.
Las debilidades más importantes del sector
Otra debilidad que mencionan es la financiación del sector. Durante el período 2010 -2019, solo el 6% del crédito total de la región se destinó al sector agrícola, una proporción menor que la de la participación de la agricultura en el PIB total (Díaz-Bonilla, 2019). Asimismo, aunque el uso de servicios financieros ha crecido, solo el 30% de la población rural mayor de 15 años los utiliza, en su mayoría fuera del sector financiero formal.
Debido a que las zonas rurales están asociadas a poblaciones remotas con bajos ingresos, falta de garantías y un alto riesgo asociado a la producción agrícola, la prestación de servicios financieros, y la provisión de crédito a través de instituciones financieras es limitada.
Finalmente, aunque el mercado asegurador ha crecido en los últimos años, su penetración se mantiene baja el 67% de los pequeños productores de América Latina y el Caribe no cuenta con seguros agrícolas de ningún tipo y tiene grandes disparidades entre países, mientras Uruguay tiene el 56% de sus cultivos asegurados, Paraguay y Colombia solo alcanzan el 5% y 3%, respectivamente.
El reporte completo se puede leer en: https://publications.iadb.org/es/desarrollo-sostenible-de-la-agricultura-en-america-latina-y-el-caribe-desafios-y-oportunidades