La evaporación continúa siendo un factor limitante para el desarrollo de los cultivos.

A pesar de las lluvias que se pronostican, la evaporación continúa siendo un factor limitante para el desarrollo de los cultivos, indicó el Ingeniero Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología y asesor de la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco). En enero y febrero de 2025 se espera que las lluvias continúen, especialmente en el oeste, lo que proporcionará algo de alivio a los suelos, aunque las temperaturas seguirán siendo altas, lo que afectará el rendimiento de los cultivos. Aunque el verano será un periodo difícil para los productores, el experto concluyó con una nota positiva, asegurando que, al final de la temporada, las buenas lluvias y la recuperación de la humedad permitirán un buen cierre de la campaña agrícola.

El Ingeniero Sierra presentó su análisis sobre la perspectiva regional para la temporada de primavera-verano 2024/2025, destacando los retos climáticos que se enfrentan en Paraguay y otras áreas de América del Sur. Sierra abordó las altas temperaturas, la distribución de lluvias y la situación de la humedad en los suelos, aspectos cruciales para la producción agrícola de la región.

Según el experto, el periodo que se extiende hasta marzo de 2025 estará marcado por temperaturas extremadamente altas, especialmente en la región del cerrado brasileño, que ya ha registrado temperaturas cercanas a los 45°C. Esta ola de calor ha afectado tanto a Argentina como al Paraguay, llegando hasta el norte de Córdoba y buena parte del centro y oeste de Paraguay. Sin embargo, algunas zonas del país, como el sur de la región Oriental, han logrado mantenerse por debajo de estos extremos, gracias a las lluvias que comenzaron a moderar las condiciones de calor.

La sequía sigue afectando: “La evaporación ha sido tan alta que gran parte del agua precipitada se ha perdido”.

El mapa de temperaturas muestra que áreas como el centro y oeste de Paraguay, especialmente los departamentos de Boquerón, Alto Paraguay y el norte de Concepción, han sufrido un aumento significativo de calor. En estos lugares, las temperaturas superiores a los 40°C se han vuelto comunes, lo que ha afectado la efectividad de las lluvias. Aunque el clima ha mostrado algunas mejorías en el sur, la humedad del suelo sigue siendo un desafío, con regiones como el oeste de Paraguay aún enfrentando sequía severa.

Sierra explicó que, a pesar de las lluvias registradas en octubre y noviembre, la evaporación ha sido tan alta que gran parte del agua precipitada se ha perdido, lo que ha dejado a muchos suelos en condiciones deficitarias. La situación de la humedad en el suelo es crítica, especialmente en áreas como San Pedro, Concepción, Amambay y Canindeyú, donde la sequía sigue afectando las cosechas. A pesar de esto, algunos sectores del sur, como Itapúa, han logrado mantener una humedad adecuada en el suelo, lo que favorece la producción agrícola.

En cuanto al pronóstico para diciembre indicó que es algo alentador, con lluvias intensas en el sur de Boquerón y en la región Oriental, lo que ayudará a mejorar la humedad en algunos sectores. Sin embargo, las temperaturas seguirán siendo elevadas, con promedios superiores a los 35°C en muchas regiones, lo que dificultará la retención de agua en los suelos. A pesar de las lluvias, la evaporación continúa siendo un factor limitante para el desarrollo de los cultivos, y la efectividad de las precipitaciones será clave para el éxito de la cosecha.

Lluvias en enero y febrero traerán alivio a los suelos.

En enero y febrero de 2025, se espera que las lluvias continúen, especialmente en el oeste, lo que proporcionará algo de alivio a los suelos, aunque las temperaturas seguirán siendo altas, lo que afectará el rendimiento de los cultivos. El clima se moderará un poco en marzo, con buenas lluvias en todo el país, lo que permitirá una recuperación generalizada de la humedad en los suelos, aliviando las condiciones de sequía en gran parte del territorio.

Sierra subrayó la importancia de un manejo adecuado del agua, el control de malezas y la densidad de siembra para optimizar los rendimientos agrícolas en este contexto de calor extremo y altas tasas de evaporación. Aunque el verano será un periodo difícil para los productores, el experto concluyó con una nota positiva, asegurando que, al final de la temporada, las buenas lluvias y la recuperación de la humedad permitirán un buen cierre de la campaña agrícola.

El especialista en agroclimatología reitera  el manejo eficiente de los recursos hídricos será fundamental para enfrentar los desafíos, especialmente en un entorno marcado por temperaturas extremas y una distribución irregular de las lluvias.