Hormigas cortadoras, una amenaza silenciosa que ya se enfrenta con un programa nacional en todo el país

Mediante acciones articuladas de monitoreo, control, transferencia tecnológica, capacitación y entrega de insumos, la iniciativa apunta a reducir la población de hormigas cortadoras en todo el territorio nacional, mitigando así su impacto económico, ecológico y social sobre los sistemas de producción agrícola, forestal y ornamental; el Sistema MAG impulsa el Programa Nacional Integrado de Hormigas Cortadoras. Desde Senave explicaron que buscan establecer un modelo sistemático y sostenible de manejo de una de las plagas más agresivas del continente, con un enfoque prioritario en la agricultura familiar.

El SENAVE, en conjunto con el MAG, el Viceministerio de Agricultura y el IPTA, coordina un plan nacional con acciones técnicas, capacitación y entrega de insumos, orientado especialmente a pequeños productores.

El ingeniero agrónomo Julio Rojas, técnico del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (SENAVE), explicó que la puesta en marcha del Programa Nacional Integrado de Hormigas Cortadoras responde a una demanda concreta del sector productivo y cuenta con respaldo institucional a nivel nacional.

“Estamos convergiendo en acciones conjuntas dentro del sistema MAG, creando así un programa nacional que ya fue formalizado con un acuerdo específico en 2024”, señaló Rojas. El acuerdo, con una duración inicial de dos años, fue suscrito entre el SENAVE, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) a través del Viceministerio de Agricultura, y el Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA). La iniciativa está en etapa de evaluación tras su primer año de implementación, con resultados preliminares positivos y el objetivo de asegurar su continuidad y sostenibilidad en el tiempo.

Las hormigas cortadoras están catalogadas como una de las plagas más agresivas de América Latina. Afectan más de 100 especies vegetales y pueden provocar pérdidas superiores al 35 % en cultivos agrícolas, ornamentales y forestales, lo que pone en riesgo tanto la producción de renta como los rubros de subsistencia.

“Esta plaga se encuentra extendida en casi todos los departamentos del país y afecta especialmente a los pequeños productores, quienes muchas veces no cuentan con herramientas adecuadas para su control”, alertó Rojas. Las especies más comunes en el territorio paraguayo son Atta spp. (Saú) y Acromyrmex spp. (Seriana), que presentan diferencias morfológicas y de comportamiento, pero ocasionan daños similares.

El programa busca reducir la presencia de la plaga en zonas rurales y mejorar la productividad, protegiendo cultivos familiares que en muchos casos representan el sustento directo de las familias campesinas.

El Programa Nacional Integrado de Hormigas Cortadoras se basa en tres ejes principales:

1.-Registro de nidos: permite el monitoreo, control, planificación y evaluación de las intervenciones.

2.-Capacitación a técnicos y productores: busca implementar Buenas Prácticas Agrícolas, fortalecer capacidades locales y generar conciencia sobre la importancia del control.

3.-Investigación permanente: se enfoca en el desarrollo de nuevas tecnologías y en generar una base científica para la toma de decisiones.

“Ya se logró llegar a más de 7.000 personas con alguna acción del programa. Además, 1.500 productores y técnicos participaron en capacitaciones presenciales sobre control y manejo de esta plaga”, detalló el ingeniero.

El programa se ejecuta en estrecha coordinación con las oficinas regionales del SENAVE y de la Dirección de Extensión Agraria (DEAg), permitiendo una cobertura nacional. Incluye también la entrega de insumos fitosanitarios para el control de nidos, además del seguimiento técnico en terreno.

“Nuestras oficinas regionales son clave para canalizar las solicitudes, entregar insumos, verificar la aplicación correcta de las técnicas aprendidas y levantar datos que nos permitan evaluar la efectividad del programa”, explicó Rojas.

Además de trabajar con productores directamente, el programa aplica la metodología de “capacitación de capacitadores”, para multiplicar el conocimiento en los territorios.

¿Cuándo atacar los nidos?

Rojas explicó que el vuelo nupcial de las hormigas, momento en que ocurre la formación de nuevas colonias, se da principalmente entre primavera y verano, y es clave para una intervención oportuna.

“El ciclo de las hormigas cortadoras va de 70 a 90 días, y la reina puede vivir hasta 20 años, poniendo más de 1.500.000 huevos por año. Por eso, si no se controla adecuadamente, la población de nidos puede multiplicarse rápidamente”, advirtió.

La recomendación principal es atacar los nidos ya formados de manera efectiva y temprana, utilizando las técnicas adecuadas y en el momento oportuno del ciclo biológico de la plaga.

¿Dónde acudir?

Los productores que deseen acceder al programa o informar problemas de infestación pueden acercarse a las oficinas regionales del SENAVE o de la DEAg en sus respectivos departamentos. También pueden canalizar sus solicitudes de insumos o capacitaciones, que serán evaluadas por los equipos técnicos.

“El espíritu del programa es llegar a la mayor cantidad de familias rurales posible. Sabemos que para muchos productores el daño de las hormigas no solo afecta a un cultivo, sino a su alimentación y economía diaria. Por eso, el enfoque está puesto en la agricultura familiar y en el productor primario”, explicó el ingeniero Rojas.