Con costos en aumento y rentabilidad al límite, APS inicia la zafra sosteniéndose en el lema gremial: “Sembrar con esperanza y cosechar con dignidad”

Foto recuperada del perfil de APS en facebook

Tras analizar el escenario climático, los mercados globales, la disponibilidad de insumos y el empuje del productor, la APS proyecta que la superficie sembrada de soja para la campaña 2025-2026 se mantendrá en la región Oriental y crecerá 2,7% en la Occidental, alcanzando en conjunto 3,6 millones de hectáreas. Con un rendimiento promedio estimado en 3,4 toneladas por hectárea, siempre que el clima acompañe, la producción total podría llegar a 11 millones de toneladas.

Más allá de los números, el presidente de la APS Lindemar Cesaca puso en perspectiva la magnitud del proceso: “En solo 30 días Paraguay sembrará esa superficie, con el movimiento diario de más de 150 mil máquinas agrícolas. Cada vez que nos vamos a dormir y despertamos, se han sembrado más de 30 mil hectáreas adicionales. Son cientos de miles de personas trabajando cordialmente, en silencio y con eficiencia, en una red que llega a todos los rincones del país. Este es el agro paraguayo, un motor que no se apaga”, destacó durante su intervención en el acto de apertura de zafra 2025-2026 “Siembra Paraguay” realizado la última semana en Naranjal.

Costos: “Solo la siembra, sin incluir cosecha ni poscosecha, ya no baja de USD 500 por hectárea”

Cesca también advirtió sobre los crecientes costos de producción. Recordó que en la campaña 2022-2023 sembrar una hectárea de soja costaba en promedio USD 650, cifra que subió a USD 715 en la zafra 2023-2024 debido al incremento de fertilizantes y gasoil. En 2024-2025, la cifra se elevó a USD 740 por la presión logística.

Solo la siembra, sin incluir cosecha ni poscosecha, ya no baja de USD 500 por hectárea. En cuanto a la renta de tierras, la calificó de “absurda” en algunas zonas: en áreas de alta fertilidad se exigen entre 1.200 y 1.500 kilos de soja por hectárea solo para cubrir ese concepto; mientras que en regiones mixtas, como San Pedro, el rango oscila entre 800 y 1.100 kilos. “Con estos números, muchos productores están sembrando al límite de su rentabilidad e incluso por debajo”, advirtió.

Respecto a los rendimientos, estimó que en zonas de alta productividad podrían alcanzarse entre 4.000 y 4.500 kilos por hectárea, mientras que en áreas mixtas los resultados se reducirían a entre 2.500 y 3.000 kilos.

Citando una nota positiva del año agrícola, el titular de la APS resaltó el buen desempeño del maíz: “Este año la zafriña superó todas las expectativas. Donde se proyectaban 4 a 5 millones de toneladas, se cosecharon más de 6 millones, y esa producción encuentra mercado, especialmente por la alta demanda para el etanol”. También señaló que se mantiene la siembra de maíz, consolidando un nuevo modelo productivo, y valoró el avance de la soja zafriña, destinada principalmente a semilla y en combinación con trigo, una práctica que conjuga eficiencia y sustentabilidad.

Cadena sojera importó más de USD 1.500 millones en 2024

Cesca enfatizó que la cadena sojera no solo genera exportaciones, sino que moviliza importantes importaciones estratégicas. En 2024, ingresaron al país USD 420 millones en fertilizantes, 650 millones en maquinarias agrícolas modernas, 290 millones en agroquímicos, 150 millones en semillas certificadas y tecnologías asociadas, y 110 millones en repuestos y accesorios. En total, el sector movió más de USD 1.530 millones en importaciones.

“No somos un gremio que pide dinero para trabajar, no vivimos de subsidios, no dependemos de recursos públicos. Nosotros sembramos, producimos, invertimos y nos arriesgamos, y cuando algo no sale bien no miramos afuera: buscamos soluciones técnicas, innovaciones y unión”, afirmó.

“No son solo números, son horas de trabajo, decisiones difíciles”

En la parte final de su discurso, el presidente de la APS resaltó que los datos compartidos “no son solo números, son horas de trabajo, decisiones difíciles y el reflejo de un país que quiere producir más y mejor”.

Reconoció que el sector enfrenta grandes desafíos, como la presión fiscal, la volatilidad del mercado global y la necesidad urgente de tecnificación, pero insistió en que la unión es la clave: “Cuando estamos unidos como sector, no hay desafíos que no se puedan convertir en oportunidad. Por eso, hoy hacemos un llamado al productor grande o pequeño, a técnicos, funcionarios, autoridades, inversionistas y consumidores: unámonos para fortalecer esta cadena productiva que es el motor de nuestra economía y honra de nuestra tierra”.

La Asociación Paraguaya de Productores de Soja, Cereales y Oleaginosas (APS) realizó el acto oficial de inicio de la zafra 2025-2026 el pasado 4 de septiembre en la estancia Busanello, distrito de Naranjal, departamento de Alto Paraná. El evento denominado “III Siembra Paraguay”, contó con un número importante de participantes a pesar del clima lluvioso de esa jornada.

Lindermar Cesca  expresó que esta oportunidad es un momento clave para nuestro país y para el futuro del sector agrícola, especialmente en torno al cultivo que ha sido y sigue siendo la columna vertebral del agro local, la soja y cerró su discurso recordando a sus colegas el lema de los productores paraguayos: “Sembrar con esperanza y cosechar con dignidad”.

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