Con maquinarias y herramientas que consideran les pueden servir a cortar o frenar el fuego, productores del departamento de Caaguazú se mantienen alertas ante la secuencia de incendios en la zona en las últimas semanas. Dionisio Páez, vocero del grupo de trabajo Agro San Joaquín lamentó la inconciencia de muchas personas que inician el fuego en una situación de grave sequía, lo que facilita su propagación y enormes pérdidas para toda la comunidad.
El arranque de octubre fue de un enorme perjuicio para el Ing. Darío Montiel que sufrió el incendio de su cosechadora, lo que alcanzó también parte de sus cultivos ya que inició en plena tarea de levantamiento de trigo. Páez comentó que el Ingeniero es reconocido por su compromiso y colaboración con los productores locales, ya que “utilizaba su cosechadora para apoyar a otros agricultores de la zona, prestaba si hacía falta”. Es por esto que ante la noticia, varios colegas acudieron al lugar para expresar su solidaridad, reconociendo la magnitud del daño. “Él siempre ha sido un gran colaborador con su comunidad, por eso todos estamos consternados con lo que pasó”, expresó Páez.
Pero esta chispa que inició en su propiedad no es la primera en la zona en los últimos días, También se reportó la quema de 700 hectáreas que incluían cultivos de avena y coberturas que ya estaban preparadas para la próxima siembra en la misma zona. Se presume que este siniestro pudo haber sido intencional, lo que incrementa la preocupación y el descontento entre los productores que se mantienen en total alerta, según comentó Dionisio Páez a A&N.
Falta de lluvias facilita incendios e impide inicio de nueva zafra.
Las condiciones climáticas actuales, caracterizadas por la falta de lluvias, agravan la situación. Sin precipitaciones significativas, el riesgo de incendios se incrementa exponencialmente, dejando a los productores en una situación vulnerable. La sequía ha ralentizado la nueva zafra, que apenas ha avanzado un 1%, ya que desde la apertura de la ventana de siembra solo se han registrado entre 15 y 20 milimetros de lluvias en esta zona en la que limitan Yhú, Vaquería y San Joaquín.
“Con este clima, el fuego es demasiado peligroso. Algunos compañeros ya sufrieron la quema de sus coberturas que trataban de mantener para la próxima siembra”, comentó un productor local. La falta de lluvias también impide la preparación de los suelos para nuevas siembras, afectando no solo a los cultivos de granos, sino a toda la producción agrícola de la región.
El colectivo Agro San Joaquín, que conecta a productores de Yhú, Vaquería y San Joaquín para fomentar el trabajo en las chacras, ha reforzado su esfuerzo para mitigar los daños de los incendios. Todos los agricultores se mantienen en alerta, utilizan los recursos que tienen a mano, Páez mencionó niveladoras y otras máquinas para generar cortafuegos que puedan detener la propagación de llamas.
El año pasado, la región ya había sido golpeada por incendios, algunos de ellos presuntamente provocados, aunque la mayoría atribuibles a la inconciencia de la gente según Páez. “Dependemos de una buena lluvia para una buena producción, no solo en granos, sino en todo lo que cultivamos. Lo que ocurrió ayer es un llamado a estar más atentos que nunca”, concluyó el productor.
