En un contexto en el que se estima una superproducción y volatilidad de precios, el analista Carlos Sanabria de StoneX explicó que el mercado agrícola global enfrenta una presión significativa debido a la combinación de cosechas récord en Sudamérica y Estados Unidos, además de factores macroeconómicos como la suba de tasas de interés en Estados Unidos y la disminución de compras de los principales demandantes.
Sanabria señaló que el año pasado los precios en Chicago fluctuaban entre 1.300 y 1.400 centavos por bushel debido a la falta de lluvias en regiones clave de Sudamérica como Matto Grosso en Brasil y Argentina. Sin embargo, las lluvias en Argentina a finales de diciembre impulsaron las expectativas de una súper zafra en Sudamérica. “A nivel regional, somos los principales productores del mundo, con Brasil a la cabeza, seguidos de Estados Unidos y Argentina”, comentó.
Según estimaciones de StoneX, Estados Unidos alcanzará una producción récord de 125,5 millones de toneladas en la zafra 24-25, un nivel casi idéntico al proyectado por el el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA). Esto, sumado a la mega producción ya alcanzada en la zafra 23-24 en Sudamérica, ha creado una enorme presión de la oferta en el mercado. Mientras tanto, la demanda mundial, especialmente la de China, no ha acompañado este crecimiento. “Hoy día hay un desfasaje muy grande entre oferta y consumo”, afirmó Sanabria, destacando que el consumo interno de Estados Unidos ha crecido considerablemente, con un stock esperado de 15 millones de toneladas para la próxima campaña, siempre y cuando se cumpla con el cronograma de exportaciones.
“Proyecciones generaron un sentimiento alcista desde agosto”.
A partir de mediados de agosto, el mercado experimentó un sentimiento alcista impulsado por la entrada de capitales hacia los mercados de commodities y por la falta de lluvias en Brasil. Las condiciones secas en Matto Grosso, Goias y Minas Gerais han retrasado significativamente el inicio de la siembra en Brasil, lo que podría hacer que Estados Unidos asuma un papel más protagónico en la exportación durante ese periodo de escasez en Sudamérica.
Sanabria destacó que la estimación de producción de Brasil para la zafra actual es de 165 millones de toneladas, un volumen gigantesco en comparación con los 153 millones del año anterior. A pesar de ello, la situación climática podría complicar la disponibilidad de productos brasileños en el mercado temprano, lo que abriría la venta a Estados Unidos.
Además, en el caso específico de Argentina, destacó que la Bolsa de Cereales estima una migración de área de siembra desde el maíz hacia la soja, lo que podría impactar la oferta regional de ambos cultivos. Se proyecta un aumento de 1,7 millones de hectáreas para la soja y una reducción de 1,3 millones de hectáreas para el maíz, en respuesta a los problemas climáticos y de plagas que enfrentó al país el año pasado. Si se confirma este cambio, podría generarse una mayor presión en el mercado de soja y una disminución de la oferta de maíz en la región.
En cuanto a China, el analista indicó que el país asiático ha mostrado un mayor incentivo para realizar compras debido a los márgenes positivos de molienda y la incertidumbre sobre la capacidad de Brasil para abastecer el mercado en el corto plazo. Las importaciones chinas se estiman en 109 millones de toneladas, un nivel que, aunque elevado, sigue reflejando una débil demanda frente a la creciente oferta global.
Mejora en basis permite un mejor margen para el productor.
En términos de precios, el analista detalló que, a pesar de que los niveles actuales de Chicago se encuentran más bajos que el año pasado, los costos de exportación o basis, han mejorado notablemente, especialmente en Brasil y Paraguay. Esto ha permitido a los productores tener márgenes más competitivos en comparación con el año anterior. En Asunción, por ejemplo, el costo promedio real se ubica en -20 dólares por tonelada en comparación con los -65 dólares por tonelada que se registraron el año pasado. “El productor tiene aproximadamente 45 dólares a favor en descuento versus el año pasado, lo que ha motivado bastante las operaciones comerciales para la zafra 24-25”, señaló.
En cuanto a la comercialización anticipada, el analista subrayó que el avance actual es notablemente superior al del año pasado. Mientras que en el 2023, para esta misma época, se había alcanzado apenas el 5% de comercialización, este año ya se ha avanzado al 15%, aunque aún por detrás de la media de los últimos cinco años, que ronda al 20%.
Aprovechar las herramientas que da el mercado.
Por otra parte, Sanabria hizo hincapié en la importancia de utilizar herramientas financieras para protegerse de la volatilidad de los mercados. Recomendó a los productores aprovechar las opciones disponibles, como contratos de futuros y seguros de precios, para garantizar márgenes que permitan cubrir costos de producción y asegurar la rentabilidad. “Hay opciones como las compras de ‘put’, que son cero riesgo y te permiten congelar un nivel de precios en Chicago sin comprometer tu físico. No es necesario hacer ambas cosas al mismo tiempo, uno puede fijar su base y dejar abierto Chicago”, explicó y dejó tres recomendaciones a los productores:
1.-“Tener muy finos los costos, asesorarse, preguntar y si no pueden recurrir a ésto también hay aplicaciones, mucha tecnología disponible para realizar el control de costos”.
2.-“Llenarse de información, pregunten a las empresas, insumeras, a las multi, a los asesores, manténganse informados de cómo está la oferta y la demanda global”.
3.-“En base a ésto, empezar a hacer el análisis de estrategias a aplicar”.
Sanabria concluyó advirtiendo que, a pesar de las mejoras en los precios y en la situación comercial, los productores deben estar atentos a las condiciones del mercado global y regional, así como a los factores climáticos que puedan alterar las expectativas.