Agricultura familiar analizó el desafío de nuevas regulaciones en encuentro del bloque Mercosur.

El presidente de la República participó de la apertura de la XL REAF

El impacto de la norma 1.115 y la modificación de la ley de semillas fueron analizados durante la última Reunión de la Agricultura Familiar del bloque Mercosur conocida como REAF, que tuvo como sede a nuestro país.

El representante de Paraguay en XL Reunión Especializada de la Agricultura Familiar del Mercosur aprovechó su ponencia para referirse a las grandes preocupaciones que afectan a la actividad de los pequeños productores “y que ponen en riesgo nuestro trabajo, nuestra forma de vida, y sobre todo nuestro derecho de seguir desarrollando de manera sostenible, produciendo alimentos para nuestras familias, países y el mundo”, indicó Fermín Romero.

La Norma 1.115 de la UE: “Constituye un obstáculo al desarrollo similar a las prácticas de la época colonial”

Romero aprovechó el espacio para hablar respecto al impacto de la normativa 1115 de la Unión Europea en la agricultura familiar asegurando que la misma: “No considera las realidades locales, por lo que va a afectar negativamente a las comunidades rurales que dependen de la agricultura para su sustento y desarrollo”.

Se refirió particularmente a las exigencias de georreferenciamiento, trazabilidad y verificación que representan una carga significativa para el segmento. Su implementación sin un diálogo previo con los países afectados constituye una barrera comercial y un obstáculo al desarrollo similar a las prácticas de la época colonial, según su visión que fue replicada por la Unión de Gremios de la Producción.

“Esto afectará la viabilidad económica de nuestra actividad, generando desempleo y aumento de pobreza en nuestras comunidades”, expresó el productor.

Semillas: Las leyes y reglamentaciones deben ser justas y equilibradas

Otra preocupación planteada fue la creciente concentración del mercado de semillas en manos de grandes empresas y multinacionales. “Los agricultores familiares, que con mucho esfuerzo nos estamos incorporando a las cadenas de valor, corremos el riesgo de perder competitividad si nos obligan a comprar semilla para cada zafra. Siempre fuimos los responsables del cuidado de nuestras variedades y tenemos el derecho de guardar semilla para la siguiente siembra”, indicó.

Romero hizo hincapié en que la concentración del mercado de semillas genera una dependencia excesiva, limitando la elección y aumentando la vulnerabilidad a las políticas de precios y suministro. “Las leyes y reglamentaciones deben ser justas y equilibradas, por sobre todo, respetar los derechos del más vulnerable que casi siempre es el productor”, señaló.

Finalmente, alentó a las autoridades a sentarse en la mesa del diálogo y el consenso para desarrollar normativas equilibradas que permitan el desarrollo sostenible de la agricultura familiar. “Es fundamental que estemos alertas y trabajemos juntos para enfrentar estos desafíos, protegiendo tanto nuestros recursos naturales como la viabilidad económica de nuestra producción agrícola”, finalizó.

Del evento participaron productores pero también autoridades de los países miembros del Mercosur.