“Desde que subieron en la pandemia, los precios de los fertilizantes y otros insumos agrícolas no bajaron más”, comentó Lauro Fisher, comerciante de insumos agrícolas en Itapúa a A&N refiriéndose al costo de producción de la campaña agrícola 2024-2025. Lo que en contrapartida sí bajó afectando la rentabilidad del trabajo en el campo fue el precio internacional de la soja, en Chicago tuvo una caída y tuvo como consecuencia que así como en otras zonas del país, también en Itapuá el productor esté sembrando con el mínimo de inversión”, explicó.
“El productor está usando lo básico, lo más necesario, semilla y fertilizante; y quizás cura semilla y hasta ahí nomás”, expresó. Debido a este contexto de bajos precios, los agricultores están limitando sus inversiones evitando el uso de todo producto adicional como por ejemplo el correctivo de suelos.
La falta de inversión en tecnología y mejoras para las próximas campañas también representa un riesgo. Fisher lo explica indicando que hay productores que sí siguen invirtiendo, pero la mayoría frenó. “No es fácil en el campo. A veces la gente ve que el productor tiene una camioneta linda y piensa que todo es maravilla, pero no es así. Cuando acontece una sequía o una granizada, el productor tiene que recurrir a créditos y si no puede pagar, los bancos y las empresas no perdonan su deuda“, dijo.
Cosecha de trigo está mostrando resultados satisfactorios
“Hasta ahora estamos yendo bastante bien, mucho mejor de lo que se creía cuando iba a empezar la época de siembra”, dijo Lauro Fisher sobre el avance de la zafra 2024-2025 de soja en el departamento de Itapúa. Según comentó algunos productores aún siguen cosechando trigo y calcula que terminarían con estas tareas la próxima semana.
Refiriéndose justamente a la transición entre cultivos Fisher recordó que “la gente le tenía mucho miedo al trigo porque el año pasado fue un desastre, pero el clima acompañó a los productores y el trigo relativamente está saliendo bien. No vamos a tener una súper cosecha, pero sí vamos a conseguir un resultado satisfactorio”, celebró, compartiendo también la estimación de rinde del trigo este año entre los 2.700 a 3.000 kilos por hectárea a un precio promedio de USD 230 dólares por tonelada.
“Sabemos que no es fácil producir, los costos son altos, los fertilizantes caros, las semillas también y a esto se suma que se deben pagar muchos impuestos. Entonces, el productor siempre especula con el precio y lógicamente siempre le gustaría recibir un poco más”, expresó.
Considerando que el mercado destino principal es Brasil, Lauro Fisher dijo que supuestamente en Brasil está faltando “si es así van a seguir comprando, lo que no sabemos es si van a seguir comprando de Paraguay o van a importar de otros países. “Ojalá que nuestro trigo lo importe Brasil porque ayudará a que se le pague bien al productor, ojalá sea así”, insistió el comerciante de insumos agrícolas.
Agricultura y Ganadería: “Cuando estos sectores están golpeados, el país entero entra en terapia intensiva”
“Hace dos años toda la soja se fundió por la falta de lluvia y eso sigue golpeando la economía del país“, afirmó Fisher, quien describió cómo la falta de circulante es visible en todo el territorio. En 2023, la situación no mejoró. El trigo se vio afectado por el hongo Bursone, mientras que este año el maíz sucumbió a problemas genéticos, climáticos y de plagas. “Cada pérdida va golpeando al productor y, finalmente, la economía se frena.
Fisher subrayó cómo estas dificultades afectan a toda la economía nacional porque “Hay cientos de empresas que dependen del productor: vendedores de insumos, servicios, análisis de suelo, transportistas, comerciantes y más. Cuando el productor pone freno de mano a todos nos golpea”.
La economía de Paraguay depende fuertemente de la agricultura y la ganadería y por eso cuando estos sectores están golpeados, el país entero entra en terapia intensiva. La agricultura genera ingresos de dólares y divisas. “Si bien también tenemos ingresos de las hidroeléctricas, el dinero de la agricultura y la ganadería llega a todo el pueblo: trabaja el fletero, el comerciante, la estación de servicio, la despensa. Todos se benefician en épocas de siembra y cosecha“, analizó.
Exportar con valor agregado.
Fisher aprovechó el contacto para destacó la necesidad de industrializar más la producción agrícola. “Es cierto que exportamos muchos granos a China, pero no tenemos suficiente industria instalada para procesar todo aquí. Para cambiar esto, necesitamos créditos a más largo plazo y con intereses más bajos. La idea es que los granos se transforman en carne, productos terminados y que podamos exportar más valor”, afirmó.