“Santiago Peña mencionó que no estaba completamente satisfecho, pero destacó que estaba entusiasmado. El presidente Lula dijo que era un día histórico, y el presidente Milei subrayó la trascendencia e importancia de este día” citó el presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou durante su discurso tras la confirmación del Acuerdo Mercosur-UE el pasado 6 de diciembre cuando como presidente Pro-Témpore del bloque sudamericano.
Luis Lacalle Pou, expresó que el Acuerdo concretado entre el Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Unión Europea (UE) no es solo un intercambio comercial —que lo es—, “pero quizás lo más importante para nuestros países, especialmente para los de economías más pequeñas del Mercosur, es que el mundo se nos abre. Sin embargo, hay algunas condiciones y elementos con Europa que nos unen más allá de lo económico, y eso también debemos valorarlo y entenderlo”, expresó.
“Si recuerdo bien, Santiago Peña mencionó que no estaba completamente satisfecho, pero destacó que estaba entusiasmado. El presidente Lula dijo que era un día histórico, y el presidente Milei subrayó la trascendencia e importancia de este día. Todo esto se engloba en la idea de que un acuerdo no es una solución mágica; no existen burócratas ni gobiernos que firmen la prosperidad. Es una oportunidad, y estará en cada uno de nosotros, en cada uno de nuestros países y en la Unión Europea, dar la velocidad que le demos a este acuerdo para que avance. Es muy importante que los pasos sean seguros, pequeños pero ciertos, y en la misma dirección”, desarrolló el presidente uruguayo.
Después de tratar de presentar la visión de cada presidente miembro del bloque Mercosur, Lacalle Pou prosiguió su alocución pidiendo disculpas a su colegas y a la presidenta de la Comisión Europea para compartir una visión personal.
“Salgamos del acuerdo Mercosur-Unión Europea y vayamos a la esencia que nos llevó hasta aquí. Porque, a la vista está, que en el Mercosur no todos compartimos la misma ideología, ¿verdad? A la vista está que, si ponemos algunos temas sobre la mesa, seguramente tengamos matices y, a veces, diferencias. Todos sabemos lo fácil que es destruir y lo difícil que es construir. La responsabilidad nuestra, como presidentes de nuestros países, la veo como la de padres de una gran familia: sacar lo que nos desune, dejar de lado los desacuerdos y enfocarnos en lo virtuoso que son las uniones y los acuerdos”, explicó.
“Por eso, este momento reivindica la vocación de servicio y la mejor política. Este acuerdo no es una solución mágica, es una oportunidad, pero, sobre todo, en un mundo tan convulsionado (…) mejorar depende de todos y de cada uno de nosotros, en nuestra posición”, concluyó.
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