El Centro de Investigación Regional sigue siendo un pilar en el avance de prácticas agrícolas sostenibles y la recuperación de suelos en la región, demostrando el impacto positivo de la investigación aplicada en la mejora de la productividad agrícola y la sostenibilidad ambiental. El equipo ubicado en Itacurubí del Rosario departamento de San Pedro cierra este año una serie de ensayos con sésamo, poroto y abonos verdes, cuyos avances están socializando cada campaña.
El Centro de Investigación Regional (CIR), situado en el distrito de Itacurubí del Rosario. presentó los resultados de una serie de ensayos sobre los cultivos de sésamo, poroto y el uso de abonos verdes o plantas de servicios. Estas investigaciones se realizaron en el marco Programa MiPYME COMPITE, financiado por la Unión Europea.
Esta serie de ensayos fue un trabajo realizado en coordinación con la Cooperativa Carolina Ltda., el Centro de Desarrollo y Tecnología Agropecuaria sostenible de las Cooperativas de producción del Paraguay (Cetapar) y la Federación de Cooperativas de la Producción (Fecoprod). Hasta la fecha, se han completado 7 ensayos, cuyos resultados se han presentado a los directivos y productores de la Cooperativa Carolina Ltda.
El responsable de CIR en Itacurubí, Rober Jaime Alfonso, comentó a A&N que el proyecto comenzó con la siembra de abonos verdes en invierno, específicamente utilizando especies como nabo, lupino, vicia y mix, con el objetivo de recuperar suelos con bajo nivel de materia orgánica y nutrientes. El primer experimento arrojó resultados prometedores: el rendimiento de sésamo alcanzó más de 800 kilogramos por hectárea, superando el promedio regional de 400 a 500 kilogramos.
En 2023, el CIRT amplió su investigación al incorporar abono verde de verano y el cultivo de poroto. La combinación de avena, vicia, lupino y nabo demostró ser eficaz, mejorando significativamente el rendimiento del sésamo a más de 1.000 kilogramos por hectárea. “Este incremento es notable, considerando las difíciles condiciones climáticas que incluyeron una prolongada sequía”, destacó el profesional.
El CIR realiza ensayos en parcelas pequeñas, aprovechando el espacio de la Fundación Cetapar, recordando el ensayo de sésamo, Jaime Alfonso comentó que trabajaron en aproximadamente una hectárea, los resultados luego se transfieren para conocimientos a los productores locales.
Robert Jaime Alfonso destacó que el objetivo es garantizar que los resultados positivos se implementen de manera efectiva, minimizando riesgos y costos para los agricultores. “Evaluamos los resultados a lo largo de tres años para asegurar la viabilidad de las recomendaciones antes de difundirlas”, explicó Alfonso.
El CIR también colabora con cooperativas y realiza eventos educativos como el AGROCIR, que atrae a más de 200 asistentes cada año. Estos eventos permiten a los productores y técnicos compartir conocimientos y avances en las prácticas agrícolas.
El trabajo en el CIR continúa, con nuevas investigaciones en curso sobre las proporciones óptimas de abono verde y combinaciones de cultivos para mejorar la producción agrícola. Alfonso concluyó que, aunque los resultados iniciales son alentadores, el proceso de optimización y transferencia de tecnología es continuo y requiere paciencia.
Aseguró que el Centro de Investigación Regional sigue siendo un pilar en el avance de prácticas agrícolas sostenibles y la recuperación de suelos en la región, demostrando el impacto positivo de la investigación aplicada en la mejora de la productividad agrícola y la sostenibilidad ambiental.