JBS en Caaguazú: “No podíamos seguir creciendo sin un mercado externo”

Planta de JBS en Matto Grosso. Foto: MIC

“Nosotros teníamos un limitante: no podíamos seguir creciendo sin buscar un mercado externo, lo que implica grandes inversiones y producciones significativas”, explicó David Friesen, en representación de Granjeros de Campo 9, propietaria de Pollos Amanecer, en conversación con A&N, explicando el contacto que hicieron con JBS para concretar la inversión de la productora de proteínas más grande del mundo en el distrito de J. Eulogio Estigarribia, departamento de Caaguazú.

Friesen aseguró que esta conexión permite que cada una de las partes se dedique a la actividad en la que es más eficiente: “A partir de ahora, ellos se encargarán totalmente de la industrialización y nosotros nos encargaremos totalmente de la producción. La producción seguirá siendo local: ellos nos entregan los pollitos, nosotros hacemos la crianza, nos entregan el balanceado y ellos retiran para el faenamiento. Se genera así un círculo de crecimiento”, celebró.

“Convengamos que las empresas brasileñas tienen muchísimo más experiencia en la industrialización y exportación. De alguna manera, cada uno hace lo que sabe hacer: nosotros en la producción somos buenos, pero no tanto en industrialización ni en exportación”, explicó.

Los vecinos de Campo 9 ya tienen el “chip” de la industrialización

Friesen aseguró que, para quienes viven en la zona, todavía conocida como Campo 9, no solo las colonias menonitas, sino también los vecinos no colonos, ya tienen el “chip” de la industrialización y que, además, en la región ya existe casi todo lo necesario para industrializar. A esto se suma otro factor que facilita la instalación: “Hay gente que está pensando en crecer, desarrollar, aportar al país y, por qué no, ganar dinero con eso. Hace rato ya venimos hablando nosotros sobre la posibilidad y, para nosotros, cuando digo nosotros digo Paraguay, para el país es muy importante”, insistió.

Reconociendo que puede existir un miedo por la competencia de una multinacional en el mercado local, Friesen expresó: “Por un lado, hay gente que se preocupa porque llega un monstruo, uno grande que va a generar competencia, pero esta competencia siempre existió y, de alguna manera, es sana”, aseguró.

Además, acotó que la inversión en generación de industria es positiva en el sentido de que generará muchísimo empleo directo en la planta. A esto se suma la demanda de producción avícola como materia prima; además, también la demanda de productos agrícolas que ya se producen en la zona, como el maíz, expeller de soja o incluso aceite.

Impacto en la producción agrícola

Con relación a lo que esta presencia de JBS significará para los productores agrícolas, David Friesen afirmó que esperan una estabilidad, además de un mercado seguro: “Esto puede generar estabilidad, porque hoy por hoy hay pocas empresas grandes que definen los precios. Cuando hay más compradores de maíz, materia prima que se usa para balanceado y frigoríficos, uno también tiene más opciones para ofrecer. Por ejemplo, la mayor industria láctea del país genera una buena demanda de maíz para balanceado, lo que contribuye a una competencia sana”, dijo, reiterando en este punto también el beneficio de la competencia en el mercado.

“Es una empresa seria, grande, con mucha experiencia en el rubro, y que es uno de los mayores actores para la exportación. Eso, al país, al final, le conviene: que haya más exportación significa más ingresos (…) creemos que es una muy buena oportunidad para muchos compatriotas”.

David Friesen

Todo Caaguazú está con grandes expectativas sobre lo que traerá la presencia de JBS en J. Eulogio Estigarribia, porque se espera una demanda de comercio y servicios. “Con esto se hace una muy buena combinación, porque hay oportunidad en el Campo 9 para la instalación de nuevos galpones, implica transporte, servicios tercerizados… eso da oportunidad para muchos sectores”, celebró David Friesen.

Ante la consulta sobre la estimación de empleos que generaría la inversión de JBS, que confirmó en principio la instalación de 28 granjas de material genético, incubadoras y una planta de balanceados, Friesen respondió:  “Son miles”, aclarando que  si bien no quiere arriesgar a dar números exactos sobre los empleos que generará, no solo se generará un número importante de empleos sino que éstos serán formales, ganarán sueldo mínimo en adelante y contarán con todos los beneficios de un empleo formal como el seguro del Instituto de Previsión Social (IPS).

La responsabilidad para una producción sostenible

Sobre la responsabilidad ambiental y social de la producción agropecuaria en Caaguazú, David Friesen aseguró: “Esto es una de las prioridades para nosotros. Es un factor que, si descuidamos, todo lo demás no va a valer nada”.

Si bien conversamos sobre el trabajo en todo el distrito de J. Eulogio Estigarribia, Friesen utilizó la experiencia de la Colonia Sommerfeld para dar ejemplo del compromiso de los productores de la zona: “En cuanto al medio ambiente, creo que somos casi pioneros en la disposición de residuos y en la gestión de unidades productivas, lo cual puede servir de ejemplo para quien esté interesado en replicarlo. Es muy satisfactorio porque trabajamos con unidades productivas individualizadas. Cada unidad productiva tiene responsabilidades propias, y, como la colonia es una sociedad muy grande, cada una se responsabiliza por sus acciones, cuidándonos mutuamente. Hoy en día, la cuestión ambiental está muy bien controlada y cumplimos estrictamente con todas las normas y regulaciones”, aseguró.

Explicó que lo mismo ocurre con lo social. “Por ejemplo, contamos con un hospital para personas de tercera edad que ya no pueden trabajar. También brindamos apoyo a las comunidades indígenas; en la región hay seis aldeas que reciben nuestra asistencia. Obviamente, esto requiere inversión, pero no lo consideramos un costo, sino una inversión, y así logramos mantener un ambiente bastante positivo en ese sentido”, aseguró.

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