“Nosotros nos sentimos grandes aunque seamos pequeños, porque formamos parte de un gran equipo: el del cooperativismo del Paraguay”, afirmó el presidente de la Cooperativa Apagrao, Flaminio Núñez, en un emotivo discurso durante el acto de inicio de la siembra de soja, realizado en la sede de la cooperativa en Raúl Arsenio Oviedo, Caaguazú. En la ocasión, celebró el desarrollo agropecuario de su comunidad, logrado gracias a la unión de pequeños productores.
Núñez recordó los inicios de la organización, que surgió tras un conflicto por tierras. En ese contexto conoció al Ing. Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP) y de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP), así como al Instituto de Biotecnología Agrícola (INBIO), con quienes comenzaron a impulsar capacitaciones y ensayos productivos en la comunidad.
“Fue en Nueva Toledo donde conocí al ingeniero y al INBIO. Me enteré de que hacían parcelas demostrativas y les pedí que trajeran esa experiencia a mi comunidad para capacitarnos y trabajar como corresponde (…) Nunca imaginamos en lo que nos convertiríamos hoy: en una cooperativa”, relató.
El dirigente también resaltó el apoyo del técnico Manuel Ocampo, de la UGP, quien desde el inicio los animó a organizarse. “Recuerdo que conversamos con él sobre por qué, siendo productores reales del campo, nunca recibíamos apoyo del gobierno y cuál era nuestro error. Él me respondió: ‘Si estás solo, no vas a conseguir nada. Estudien, capacítense y trabajen juntos’”.
El 14 de mayo de 2018, con el apoyo de instituciones públicas y privadas como el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el Banco Nacional de Fomento (BNF), la Administración Nacional de Electricidad (ANDE), la Federación de Cooperativas de la Producción (Fecoprod), la CAP, la UGP, Lactolanda y la cooperación alemana GIZ, 33 productores conformaron oficialmente la Asociación de Productores Agroganaderos.
Gracias a las capacitaciones técnicas agrícolas y ganaderas, los productores comenzaron a transformar su sistema de trabajo: pasaron de lo individual a la toma de decisiones en conjunto. A través de la asociación lograron acercarse a varias instituciones, entre ellas el BNF, que les brindó educación financiera. Con acceso al crédito y un esquema de trabajo en asamblea que ya fluía de forma orgánica, decidieron invertir en genética bovina e infraestructura, apostando al concepto de integración productiva.
Definieron que su proyecto sería la comercialización en el rubro lácteo. Así, empezaron a producir el alimento para el ganado mediante un trabajo agrícola tecnificado y a criar el ganado para la producción de leche, que finalmente sería comercializada.
El 6 de junio de 2022 iniciaron la comercialización conjunta de leche con Lactolanda, alcanzando una facturación de 5.500 millones de guaraníes, cifra que desde entonces no dejó de crecer.

“La ambición era grande, no estábamos capacitados, pero teníamos voluntad”
“Desde que comenzamos a comercializar juntos, avanzamos mucho más. Teníamos un mercado seguro, lo que nos permitió invertir. Empezamos a preparar el alimento para los animales en tiempo y forma con nuestra propia producción agrícola. Aprendimos a manejar correctamente el suelo. Somos granjeros: plantamos soja, maíz, trigo, sorgo. Gracias a la capacitación entendimos que el suelo tiene vida y cómo cuidarlo con un manejo adecuado. Así fuimos progresando”, señaló Núñez.
El año pasado, aún como asociación, Apagrao alcanzó su récord en facturación. “Este año fue menor, pero eso es normal. El año pasado logramos 13.800 millones de guaraníes en leche, y eso nos hizo demasiado felices. No fue fácil”, dijo Núñez. Pero, para el hoy presidente de la cooperativa de Caaguazú, esa experiencia es la prueba que debe animar a más productores, porque “si los pequeños productores paraguayos nos organizamos, logramos todo esto”.
“La ambición era grande y no estábamos capacitados para ello, pero teníamos voluntad (…) Desde el 5 de mayo de 2025 somos oficialmente la Cooperativa Apagrao Limitada. Parece poco frente a las grandes cooperativas del Paraguay, pero tenemos esperanza. Ellas también empezaron siendo pequeñas. Si no llegamos nosotros, llegarán nuestros hijos. Lo importante es trabajar en equipo y tecnificarnos, porque hoy ya no se puede producir solo con asada y machete. Cuando el campo produce, el Paraguay crece”, afirmó.