Productor denuncia robo de cosecha y amenazas de incendio

Foto gentileza de Victor Penayo de un momento de la cosecha en la semana previa.

El productor Víctor Manuel Penayo, de General Resquín denunció invasiones a su propiedad, robo de maíz y amenazas de incendio. Aseguró que personas desconocidas ingresaron en grupos a parcelas sin cosechar, se llevaron cargas completas y, el pasado domingo, recibió un ultimátum para abandonar la zona en tres meses o su establecimiento sería incendiado.

Víctor Manuel Penayo, productor de General Resquín y actual presidente de la Coordinadora Agrícola del Paraguay filial San Pedro, se encuentra en plena cosecha de maíz. Como la cosechadora no logró levantar el 100% del grano y quedó una buena cantidad en el suelo, decidió permitir que sus vecinos ingresaran a recolectarlo manualmente para alimentar a sus animales menores, sin ningún inconveniente. Explicó que esa parte solo puede recogerse a mano y que él no cuenta con suficientes colaboradores para hacerlo en su campo mecanizado.

“No soy egoísta; eso se iba a quedar ahí y, si a alguien le sirve, adelante”, expresó con franqueza, aún afectado por lo que ocurrió después. Según relató, al ver la situación y el avance de la cosecha, aparecieron personas completamente extrañas, cuadrillas ingresaron sin permiso en grupos de hasta 20 personas a parcelas que aún no habían sido cosechadas. “En un caso hace unas semanas utilizaron a una comunidad indígena que se mudó hace poco en la frontera con la propiedad”, lamentó.

Días después siguieron apareciendo completos extraños, personas que él desconocía por completo, la invasión a su propiedad estaba avanzando con rapidez, comenzó a encontrar motocarros y camiones utilitarios dentro de su propiedad, llevándose cargas de maíz sin pedir permiso. El productor recordó que el costo de producción de ese cultivo es muy alto, ya que todo el campo fue trabajado con fuerte inversión tecnológica: semillas certificadas, insumos, maquinaria y combustible, etc. alcanzando este año un promedio de 780 dólares por hectárea (Gs. 5.701.800 a la fecha).

Si bien en ocasiones anteriores los intrusos se retiraron ante la advertencia de denuncia, la situación escaló y fue así que día de ayer, domingo 10 de agosto, minutos antes de las 20:00, Penayo recibió una amenaza directa: una voz masculina, hablando en portugués, le dio un plazo de tres meses para abandonar la zona o su propiedad sería incendiada.

“Vamos a quemar todo lo que tenés, todas tus maquinarias si no te tranquilizás. Para eso te estoy hablando, te doy tres meses”, fue el mensaje recibido.

La violencia rompió la confianza

Después de esto, Victor Penayo informó que cerrará por completo su propiedad y lamentó la situación pero ya no se trata solo de invasión y robo, sino que además su vida y la de su equipo de trabajo están en riesgo. “Una señora entraba a juntar para sus gallinas, con eso no tengo problema” dijo recordando que era una oportunidad de conectar y apoyarse entre vecinos. Pero ahora, tras las reiteradas invasiones, robo y hasta amenazas de violencia física concreta, ya no lo permitirá a nadie.

Tras el aviso a la Policía Nacional desde la misma central de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP) con la titularidad del Ing. Hector Cristaldo, anoche, tras la comunicación de la amenaza, contaron con el respaldo de ellos en sus portones, pero aún falta mucho por cosechar.

La cosecha, que avanza lentamente por diversos factores, entre ellos el climático, apenas alcanza el 40%. Penayo lamenta que no pueda trabajar con tranquilidad en su propiedad en la que hace un esfuerzo por trabajar formalmente, apostando por la legalidad, pagando impuestos.

De invasiones a pie, pasaron a motocarros y vehículos cada vez mayores. Este es uno de los que encontró Victor Penayo en su propiedad.