La demanda global impulsará una década de expansión ganadera

La producción mundial de alimentos de origen animal crecerá 17% en 2034, impulsada por el aumento de ingresos y la urbanización en países de ingresos medios, según la OCDE y la FAO. Esta expansión que responde a una demanda creciente de dietas más ricas en proteínas, evidencia mejoras en la eficiencia del sector ganadero, pero también plantea retos ambientales y sociales que exigen tecnologías sostenibles, políticas inclusivas y mercados abiertos para garantizar la seguridad alimentaria global.

Según este informe, la producción mundial de alimentos de origen animal, como carne, leche y huevos, crecerá de forma sostenida durante la próxima década, impulsada principalmente por el aumento de los ingresos y la urbanización en los países de ingresos medios, según el informe Perspectivas Agrícolas 2025-2034 de la OCDE y la FAO. Estos cambios en los hábitos de vida y alimentación incrementarán la demanda de productos más ricos en proteínas y calorías, generando nuevas presiones sobre los sistemas de producción.

Se proyecta que la producción global de alimentos de origen animal aumente un 17 % hacia 2034, mientras que el número total de animales (bovinos, ovinos, porcinos y aves de corral) crecerá apenas un 7 %, lo que evidencia mejoras en la eficiencia y productividad del sector ganadero. Esta evolución permitirá aumentar el aporte calórico per cápita proveniente de la producción agropecuaria y pesquera en un 6 % a nivel global, y hasta un 24 % en países de ingresos medianos bajos, donde persisten los mayores déficits nutricionales.

Sin embargo, esta expansión productiva enfrenta importantes desafíos ambientales. El informe estima que las emisiones directas de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes de la agricultura aumentarán un 6 % durante el período, aunque con una menor intensidad de carbono: menos emisiones por unidad producida. Esto refleja avances en eficiencia, pero también la urgencia de adoptar tecnologías que reduzcan aún más el impacto ambiental de la producción agropecuaria.

El informe destaca casos como el del África subsahariana, donde el ganado bovino triplica al de América del Norte, pero su rendimiento por animal es diez veces menor. Se prevé que el hato ganadero en esa región crezca un 15 %, lo que presenta un enorme potencial de mejora, siempre que se combine con inversiones sostenibles y acceso a innovación productiva.

Según la OCDE y la FAO, una estrategia centrada en aumentar la productividad mediante tecnologías como la agricultura de precisión, la mejora de piensos, la gestión eficiente del agua y nutrientes, y prácticas como la rotación o el cultivo intercalado, puede generar beneficios simultáneos. Un aumento del 15 % en la productividad agrícola permitiría reducir las emisiones en un 7 % y eliminar la subalimentación a escala global, según un escenario hipotético incluido en el informe.

No obstante, se aclara que los avances técnicos deben ir acompañados de transformaciones institucionales. Los pequeños productores enfrentan barreras estructurales para adoptar innovaciones, acceder a financiamiento y participar en cadenas de valor. Por ello, el informe subraya la necesidad de políticas públicas adaptadas a los contextos locales, que fortalezcan la resiliencia productiva y promuevan prácticas sostenibles en el terreno.

Finalmente, el documento recuerda que el 22 % de las calorías producidas y consumidas en el mundo cruzan al menos una frontera, lo que refuerza el papel clave del comercio agropecuario internacional. Mantener mercados abiertos y basados en reglas es esencial para equilibrar la oferta y la demanda, garantizar precios estables y fortalecer la seguridad alimentaria global desde la base productiva.