“El campo no distingue género, pero sí reconoce esfuerzos. Las mujeres somos capaces de conquistar cada hectárea y hacer florecer el campo”, dijo María Paz Coronel, una estudiante de ingeniería agrónoma de 20 años que se dedica a la producción de cebolla en el distrito de Itacurubi del Rosario, departamento de San Pedro.
Con apenas 20 años, María Paz Coronel se ha convertido en un ejemplo de perseverancia y liderazgo en el rubro agrícola. Estudiante de ingeniería agronómica y productora de cebolla en Itacurubi del Rosario, departamento de San Pedro, María Paz destacó en el Congreso de Mujeres Agropecuarias del Norte, celebrado durante la Primera Edición de la Feria Agropecuaria San Pedro. Con el lema “El campo no distingue género, pero sí reconoce esfuerzos”, la joven relató cómo su familia apostó por la cebolla como una oportunidad de negocio, superando adversidades y transformando su finca en un modelo de producción eficiente. Ahora, con el objetivo de alcanzar la exportación, busca inspirar a más mujeres a conquistar el campo y posicionar a Paraguay como referente en la región.
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“¿Por qué no va a ser negocio?”
Todo comenzó hace una década, cuando su padre, durante una ronda de tereré, planteó una idea que cambiaría el rumbo de su familia: “¿Y si plantamos cebolla? Se consume en todas las casas todos los días, ¿por qué no va a ser negocio?”. La familia Coronel, acostumbrada a cultivos extensivos como soja, maíz y chía, decidió apostar por este nuevo rubro.
La intención inicial era experimentar con cinco hectáreas, pero las ganas de innovar los llevaron a sembrar 50 hectáreas. “Pensamos que sería igual que con la soja o el maíz, pero no fue así. Cometimos errores, pero también aprendimos de ellos”, comentó María Paz durante su disertación. Con el paso del tiempo, los Coronel perfeccionaron sus técnicas de producción, apostaron por la mecanización y comenzaron a generar un impacto positivo en la región.
María Paz no solo se conformó con producir cebolla, sino que se propuso crear una cebolla modelo que pudiera competir con las de otros países. Motivada por comentarios despectivos sobre la calidad de la cebolla paraguaya, viajó a Brasil durante dos meses para aprender técnicas y conocimientos que pudiera implementar en su tierra. “Volví decidida a demostrar que en Paraguay podemos producir cebolla de calidad y ser referentes en la región”, afirmó.
Hoy, la finca de los Coronel es un modelo de producción eficiente y tecnificada. Desde la siembra hasta el embolsado, todo el proceso es mecanizado, lo que ha permitido reducir costos y aumentar la calidad del producto. Este año, incluso lanzaron su propia bolsa personalizada con la marca “Coronel Group” y el lema “Ñane mba’e teete”.
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El camino no ha sido fácil. Como todo horticultor, la familia Coronel enfrenta problemas de comercialización y la competencia desleal del contrabando. Sin embargo, esto no ha detenido a María Paz, quien asegura que la clave está en la perseverancia. “Empezamos de cero, sin infraestructura. Hoy, nuestra empresa es reconocida por la calidad y resistencia de nuestra cebolla”, destacó en su presentación.
Recordando las dificultades de sus inicios, María Paz recordó que el primer año que plantamos, una persona me dijo: “Quiero tu cebolla, pero voy a pagarte 30 mil por bolsa.” Nosotros, en ese primer año, ¿qué íbamos a hacer? No conocíamos el mercado, no sabíamos cómo manejar la situación y, además, no teníamos la infraestructura necesaria para conservar la producción con ese calor; todo se descomponía. Así que empezamos a vender a ese precio. De las 50 hectáreas que habíamos sembrado, cosechamos solo 15, comentó recordando que no tenía opciones.
“A pesar de todo, apostamos por seguir adelante”
Siguió su relato comentado que al año siguiente volvieron a plantar. “El mismo señor me escribió nuevamente en la misma época, ofreciendo 35 mil por bolsa. Le respondí: Ahora yo confío en mi cebolla. Voy a almacenarla porque ya tengo infraestructura, y sé que vos vas a venir a comprarme, tal cual, vino a comprarme, y terminó pagando 80 mil por bolsa”, dijo.
La perseverancia es lo que María Paz quiere destacar con su historia. “Como les dije, llevamos cuatro años en este rubro. Nos tocó empezar de cero, enfrentar malas rachas y soportar sequías, porque producimos cebolla sin sistema de riego. Aún no podemos instalar un sistema de riego debido a los recursos limitados, y es una locura depender del clima. Pero, a pesar de todo, apostamos por seguir adelante”, dijo.
Ella celebra el éxito del trabajo de su familia que en le confió la responsabilidad de encargarse de la unidad de negocio de producción de cebolla. “Gracias a Dios, este año la empresa está siendo muy reconocida por su producción, su esfuerzo y la calidad de su cebolla. Nuestro objetivo es llegar a la exportación, cumplir con los requisitos de los países vecinos y alcanzar esa meta”, dijo.
“Quiero asesorar a los comités de productores”
La joven productora también sueña con ayudar a otros. “Quiero asesorar a los comités de productores para que puedan vender en conjunto y que el producto nacional sea valorado”. Además, tiene un objetivo claro: alcanzar la exportación y posicionar a Paraguay como un referente en la producción de cebolla de alta calidad.