CAPPRO reporta una importante mejora en la industrialización de soja

Hasta octubre se agregó valor a 2.950.978 toneladas de soja, cifra que ya supera al procesamiento de los años 2020, 2021, 2022, 2023 y 2024. El volumen industrializado acumulado más cercano al actual se observó en el 2020, y, en todo el 2021, se registró un volumen similar, cuando se procesó 6% menos, según el informe publicado en el boletín de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (CAPPRO).  

En cuanto a las estadísticas correspondientes solo al mes de octubre, la producción industrial se ubicó en torno a las 295 mil toneladas, duplicando con creces lo registrado en el mismo periodo de tiempo del 2024, manteniendo un interesante ritmo de operación en la  agroindustria. El crecimiento responde al contexto internacional favorable que se ha generado gracias a la disminución de las presiones externas sobre la producción nacional de soja y a la consecuente caída en la exportación del grano en estado natural.

Gracias a este contexto la mayor industrialización permite generar más ingresos por exportación y facilitar el crecimiento de otras industrias, generando un círculo virtuoso que permite no solo dinamizar la economía nacional sino también generar puestos de trabajo de calidad.

La industrialización de soja aumentó 11%

La industrialización de soja acumulada hasta el mes de octubre representó una utilización del 82% de la capacidad instalada dentro de nuestras agroindustrias. Este porcentaje implica un incremento de 11 puntos porcentuales con respecto al mismo periodo del 2024, manteniendo el buen ritmo de industrialización que refuerza la posición de este 2025 como el mejor año de lo que llevamos de década.

Aún con los resultados favorables que se han conseguido en lo que va del año en la industrialización, sigue existiendo un espacio interesante para incrementar el agregado de valor considerando la capacidad instalada en las industrias. Así, todavía queda un camino importante para consolidar a la industria para impulsar el desarrollo sostenible del país y mejorar la calidad de vida para todos.

Al mes de octubre, los derivados industriales de la soja paraguaya (aceite, harina y cascarilla) han llegado a 35 naciones diferentes alrededor del mundo, distribuidas en cinco continentes, según datos de la Ventanilla Única del Exportador (VUE). Estos flujos tan significativos no solo ayudan a consolidar nuestra marca país a nivel global, sino que sirven como una demostración más del gran impacto positivo que tiene la agroindustria nacional cuando las condiciones de competitividad permiten operar más cerca de su capacidad.

Por su parte, si analizamos las exportaciones de soja en estado natural no solamente nos encontramos que existen muchos menos destinos (10), sino que también vemos una enorme concentración. Mientras que en la exportación de derivados industriales el principal mercado representa alrededor del 20% del volumen total, en la exportación de granos esta proporción supera el 80%, lo que muestra la vulnerabilidad del modelo.

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